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La FDA alertará de la relación entre Janssen y el síndrome de Guilllain-Barré, según la prensa estadounidense

'The New York Times' adelanta que la FDA, la agencia gubernamental que aprueba el uso de nuevos fármacos y vacunas en EEUU, emitirá "de manera inminente" un aviso sobre la vinculación de la vacuna de Janssen contra el Covid-19 y este síndrome que causa la inflamación de los nervios.

En las próximas horas, Estados Unidos reportará un vínculo entre la vacuna contra el coronavirus de Janssen, filial de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson, y el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno poco frecuente en el cual el sistema inmune ataca los nervios y que causa inflamación de los nervios y puede provocar dolor, entumecimiento, debilidad muscular y dificultad para caminar.

Así lo han adelantado medios estadounidenses como 'The New York Times', que apunta que el aviso, todavía extraoficial, será emitido de "manera inminente" por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), la agencia gubernamental que se encarga de aprobar el uso de nuevos fármacos, vacunas y otros productos relacionados con la salud pública.

Según este medio, que cita a fuentes familiarizadas con el asunto, la FDA ha concluido que la probabilidad de desarrollar el síndrome Guillain-Baré es de entre tres y cinco veces mayor en las personas que han recibido la vacuna de Janssen. De hecho, de los 12,8 millones de personas que se han inoculado con esta vacuna monodosis en EEUU, unos 100 podrían haber desarrollado síntomas, de acuerdo a informaciones de 'The Washington Post'.

Un nuevo contratiempo

La mayoría de los afectados comenzaron a presentar síntomas dos semanas después de la inmunización y en la mayoría de los casos el perfil era un hombre mayor de 50 años. Hasta el momento, no existen datos que muestren un patrón similar entre quienes recibieron la vacuna contra el coronavirus de Moderna o Pfizer.

No es el primer sobresalto que ha tenido la vacuna de Janssen. Hay que recordar que ya sufrió un contratiempo en abril, cuando las autoridades estadounidenses interrumpieron su distribución después de que se detectaran seis casos de trombosis cerebral en mujeres menores de 48 años que habían recibido la vacuna, de las que una falleció. Además, en el continente, la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) halló posibles vínculos entre la vacuna de Janssen y los coágulos sanguíneos, aunque los estudios determinaban que el balance entre el beneficio y el riesgo era favorable a inocular la dosis.

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