Salud
En medio de la pandemia de COVID-19, la emergencia sanitaria internacional decretada recientemente por la viruela del mono y el temor al brote del virus de Marburgo en Ghana, preocupa también la hepatitis infantil aguda, que ha registrado ya cientos de casos en el mundo durante los dos últimos años, y que ahora, gracias a un estudio realizado en Reino Unido, parece haber arrojado luz sobre el que podría ser su origen casi con toda probabilidad.
En Reino Unido, la universidad de Glasgow y el University College de Londres han realizado un estudio conjunto en el cual exponen las posibles causas de la hepatitis infantil aguda. La novedad está en que achacan su origen a la combinación de dos virus, el llamado adenovirus y el virus adenoasociado 2, que tiene similitudes con el nombrado previamente y que resulta clave para que, al combinarse, dé origen a la hepatitis infantil aguda.
El estudio expone que aquellos niños que sean inmunes a estos dos virus tienen menos posibilidades de contagiarse de la hepatitis infantil aguda. De hecho, la probabilidad de que ello suceda es muy pequeña, tirando a nula. No obstante, es importante mantener la precaución, dado que las estadísticas no se cumplen en todos los casos a rajatabla, y existe la posibilidad de que pueda propagarse aún más si no se controlan los casos confirmados hasta ahora.
¿Qué está ocurriendo para que aparezcan tantos virus?
Si creíamos que 2020 era el peor año posible para la humanidad en lo relativo a la salud después de que la COVID-19 apareciera en nuestras vidas, 2022 no se está quedando corto. Este año, también ha aparecido la viruela del mono, cuyo último brote significativo data del año 2003. También el virus de Marburgo, similar al ébola, y presente en Ghana. Y la hepatitis infantil, que también ha llegado de manera muy veloz, propagándose a 35 países.
Es por ello que muchos se preguntan cómo es posible que estén surgiendo tantas enfermedades en los últimos tiempos. Además de la intervención humana, en algunos casos puede influir la falta de higiene en muchos lugares, la falta de prevención a la hora de controlar los brotes de enfermedades o la escasez de recursos médicos e infraestructuras en muchos países para poder evitar que la propagación de los virus sea mucho mayor.