BAJA A LA 13ª POSICIÓN EN ESTE ÍNDICE
El aumento de la esperanza de vida en España se ha ralentizado desde el inicio de la crisis económica, situándose en 85,3 años para las mujeres y 79,8 años para los hombres. Así lo revela un estudio de ámbito mundial publicado por la revista The Lancet, en el que ha participado el doctor Josep Maria Haro, Director de Investigación del Parque Sanitario de Sant Joan de Déu, en Barcelona. Haro ha apuntado que en el último siglo la esperanza de vida en España había aumentado de manera exponencial, hasta situarse como el tercer país en el ránking mundial en 2010.
Sin embargo, a partir de ahí la situación se estancó y España ha quedado relegada hasta la posición número 13 en 2015, cuando le adelantaron otros países de la zona euro.
Haro ha atribuido el estancamiento al efecto de la crisis sobre las personas, con más estrés y menos recursos, así como a los recortes en los servicios sanitarios, con el consecuente incremento de las listas de espera y la disminución de inversión en investigación.
En España, la cardiopatía isquémica es la principal causa de fallecimiento, dando como resultado 60.777 muertes en 2015, mientras que la segunda y tercera causas fueron el Alzheimer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que causaron la muerte a 46.296 y 27.461 personas, respectivamente.
Las principales enfermedades mortales, sin embargo, no coinciden con las patologías que más deterioran el estado de salud en vida; es decir, que se traducen en cierta discapacidad. En este sentido, las tres causas principales de la pérdida de la salud no mortales en España son el dolor de espalda, la pérdida de audición y la depresión.
Haro ha destacado que gran parte de la salud de las personas está determinada por factores de riesgo, algunos de los cuales están relacionados a los hábitos de vida. Así, el tabaquismo, la hipertensión, el alto índice de masa corporal, el alto nivel de glucosa y el colesterol fueron los factores vinculados a una mayor pérdida de salud en España en 2015.
Haro señala que también la crisis económica ha impactado en estos hábitos de vida, ya que la inestabilidad económica provoca un estrés que puede propiciar enfermedades mentales y la falta de recursos puede ser una barrera a la hora de mantener una dieta saludable o practicar deporte.
La pedagogía es, para el facultativo, una de las herramientas indispensables para revertir la situación, ya que para que las personas cambien sus hábitos es necesario que conozcan a qué patologías se enfrentan y por qué determinadas conductas son perjudiciales.
Haro ha elogiado los pasos que se están dando en el ámbito escolar para que los más pequeños coman sano y practiquen deporte, pero ha admitido que aún hay camino por recorrer. Por contra, ha lamentado el desconocimiento acerca de las consecuencias de la hipertensión, ya que hay muchos hipertensos que no se tratan adecuadamente porque no le dan la importancia necesaria, mientras que otros lo son sin saberlo porque no se controlan como es debido.