ENFERMEDADES TROPICALES
La enfermedad de Chagas, una enfermedad parasitaria endémica de Sudamérica, podría afectar ya en España a entre 35.000 y 40.000 personas, una estimación que convierte la enfermedad en "un problema de salud pública importante", según afirma Rogelio López-Vélez, jefe del Servicio de Enfermedades Tropicales del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. "El chagas es una enfermedad un poco tramposa ya que tarda en dar mostrar los síntomas", continúa. De hecho se estima que solo un 30 por ciento desarrollará sintomatología, siendo la cardiomiopatía de diferentes grados de severidad - que puede afectar al 30 por ciento-, manifestaciones gastrointestinales en forma de megaesófago o megacolon - entre el 8 y 10 por ciento - o ambas (10%), las más acusadas.
Esta enfermedad producida por el parásito 'trypanosoma cruzit', y trasmitida por un vector, afecta entre 8 y 10 millones de personas en el mundo, unas 70.000 a 80.000 de ellas en Europa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, debido a los flujos migratorios masivos, está planteando nuevos retos para los sistema de salud de zonas no endémicas, como es el caso de España.
La consecuencia es un aumento de infradiagnóstico y, en el mejor de los casos, el diagnóstico tardío. "El problema es que solo un porcentaje muy pequeño sabe que están infectados, el resto lo desconoce", alerta este experto, quien recuerda que concretamente en España dos tercios de los afectados son mujeres, gran parte entre los 30 y 40 años, y hasta el 90 por ciento podría proceder de Bolivia. "En España con la llegada de la inmigración nos encontramos con una enfermedad de la que teníamos un gran desconocimiento y donde no teníamos ninguna experiencia clínica", recuerda este experto, quien destaca el trabajo realizado por la Unidad de Medicina Tropical (UMT) del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid que ya posee una experiencia acumulada.
¿CÓMO SE TRASMITE?
La vinchuca, que es el insecto que transmite el parásito, pica a la persona que tras rascarse consigue que el parásito pase al flujo sanguíneo. Esta trasmisión es la común en los países latinoamericanos no en Europa, puesto que no existe ni el parasito ni el vector que los transmite; también se puede producir por la ingesta de alimentos contaminados, fundamentalmente zumos.
Por tanto, las vías de contagio en el resto de los países son mediante transmisión por transfusiones de sangre; por embarazo en trasmisión vertical de madres a hijos; y, con menos frecuencia, a través de trasplantes de órganos. En España tanto en el caso de las trasfusiones como de los trasplantes existen unas pruebas protocolarizadas de cribado que se realizan a las personas que, bien por su país de origen o por haber tenido contacto con los países afectados, puedan haber sido infectados.
Así como la transmisión por transfusiones y trasplantes están controladas en España, la detección de una posible transmisión vertical es un tema complicado, aunque hay hospitales donde se hace el 'screening' en mujeres embarazadas. López-Vélez advierte de que el tratamiento actualmente existente evita la transmisión de madre a hijo si se administra a las portadoras antes de la gestación.
Actualmente, explica, existe un tratamiento disponible pero el problema es que tiene muchos efectos adversos - uno de cada cinco abandona el tratamiento por sus efectos secundarios- y se desconoce si cura al paciente. Sin embargo, "ahora mismo es la única herramienta que tenemos para tratar a las personas afectadas", añade.
Para lograr el objetivo de eliminar la transmisión de la enfermedad de Chagas y proporcionar asistencia sanitaria a las personas infectadas o enfermas, la OMS propone aumentar el establecimiento de redes de trabajo a escala mundial y fortalecer la capacidad regional y nacional.
La organización hace especial hincapié en fortalecer los sistemas mundiales de vigilancia e información epidemiológicas; prevenir la transmisión mediante la transfusión sanguínea y el trasplante de órganos tanto en los países donde el mal es endémico como en aquellos donde no lo es; y promover la identificación de pruebas diagnósticas para el cribado y el diagnóstico de la infección.