CSIC
Un equipo del CSIC ha liderado un estudio en ratones con la técnica de Pulsos Electromagnéticos Multifrecuencia No Ionizantes. Esto altera las propiedades de las células cancerosas, eliminándolas sin afectar significativamente a las sanas.
Los Pulsos Electromagnéticos Multifrecuencia No Ionizantes son una nueva tecnología diseñada para ofrecer una solución no invasiva y específica contra las células cancerosas. El equipo de MEMP, desarrollado por Paso Alto Group Inc., emite pulsos electromagnéticos intensos y controlados capaces de alterar las propiedades bioeléctricas y el citoesqueleto de actina de las células malignas.
La capacidad de los MEMP para discriminar entre células normales y cancerosas radica en una mayor capacidad metabólica de estas últimas: “Las células cancerosas presentan un entorno bioeléctrico disfuncional que las hace más sensibles a los estímulos electromagnéticos”, nos indican los investigadores Yolanda Revilla (CSIC) y Jose María Almendral (UAM), del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Juntos han liderado este proyecto realizado en colaboración con la Paso Alto Group Inc., la Universidad de Sancti Spíritus (Cuba) y la Universidad de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife.
Los experimentos más relevantes y rigurosos se llevaron a cabo con células de adenocarcinoma de colon humano trasplantadas en ratones inmuno-competentes. Estas células estaban marcadas con el gen de la luciferasa para monitorizar su actividad tumoral mediante bioluminiscencia. Las células tratadas con MEMP durante dos minutos antes del trasplante subcutáneo mostraron un resultado sorprendente: aunque mantenían inicialmente su actividad metabólica, la capacidad tumoral fue completamente suprimida.
Dos semanas después del tratamiento, la actividad metabólica de las células desapareció por completo, y el crecimiento tumoral se detuvo. Este hallazgo subraya el potencial de los MEMP como un tratamiento eficaz para tumores preestablecidos.
En el estudio, los MEMP desregulan el ciclo celular, provocando un aumento en la fase G2 en células altamente tumorigénicas como las de glioblastoma y cáncer de colon. Además, inducen un colapso abrupto del citoesqueleto de actina, una estructura macromolecular clave que actúa como "bio-nanocable" para la propagación de señales iónicas y eléctricas, fundamentales en los procesos de señalización y transporte intracelular.
"Aunque las células normales y las cancerosas no presentan diferencias significativas en las cargas polares del citoesqueleto de actina, el entorno bioeléctrico alterado de las células malignas afecta su organización, haciéndolas especialmente vulnerables a los estímulos electromagnéticos de los MEMP", nos confirma Roberta Piredda, primera autora del estudio. Estos hallazgos subrayan la especificidad de los MEMP en atacar funciones críticas de las células cancerosas sin dañar las células normales, mostrando su potencial como herramienta terapéutica.
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