Investigación
La capacidad de cultivar células de una especie dentro de un organismo de otra diferente ofrece a los científicos una poderosa herramienta para la investigación y la medicina, y ahora un equipo liderado por el científico español Juan Carlos Izpisúa ha logrado generar "embriones quimera" humano-mono.
Regeneración de órganos
Por primera vez, los científicos han cultivado con éxito embriones de mono que contienen células humanas, el último hito en la investigación que avanza rápidamente y que ha planteado cuestiones éticas.
En el trabajo, publicado en la revista Cell, el equipo de científicos inyectó a embriones de mono células madre humanas y observó cómo se desarrollaban. Los estudios muestran que las células humanas y de mono se dividían y crecían juntas en un plato, y al menos 3 embriones sobrevivían hasta 19 días después de la fertilización.
"El mensaje general es que cada embrión contenía células humanas que proliferan y se diferencian en diferente medida", explica Juan Carlos Izpisua Belmonte, biólogo español que trabaja en el Instituto de Estudios Biológicos en La Jolla, California.
Embriones quimera
Los investigadores, liderados por el científico español Juan Carlos Izpisua Belmonte, esperan que algunos híbridos humanos-animales, conocidos como "embriones quimeras", puedan proporcionar mejores modelos para probar medicamentos y usarse para cultivar órganos humanos para los trasplantes.
Los componentes de este equipo de científicos fueron también los primeros en demostrar en 2019 que podían cultivar embriones de mono hasta 20 días después de la fertilización. En 2017, informaron sobre más híbridos como embriones de cerdo, de vaca y de rata.
Una cuestión ética
La revista Cell también publica un artículo sobre el dilema que plantea esta investigación en curso. La necesidad de mejores modelos para estudiar en profundidad las enfermedades humanas y realizar experimentos que serían éticamente problemático hacerlos en humanos.
Estas investigaciones están permitidos en muchos países, como Estados Unidos, China, España o Reino Unido, siempre que se obtenga la debida autorización; las razones dicen los investigadores para realizar este trabajo en China son estrictamente científicas.