SALUD EN VERANO
¿Hasta qué punto podemos decir que ese agua tan azul y transparente está completamente limpia de bacterias? Microorganismos procedentes de orina, mucosidades, cremas solares y pieles nadan tranquilamente a la par que lo hacemos nosotros, todos en el mismo agua. Entonces, ¿es verdad que el cloro acaba definitivamente con esos microbios?
Para que el químico acabe con cada bacteria que se encuentre en el agua se tendrían que usar grandes cantidades, algo que no es posible debido a que resulta tóxico para las personas. Existen otras alternativas para eliminar estos pequeños patógenos, pero no serían suficientes para limpiar el agua por completo, por lo que estas opciones se combinan con la cloración.
Cabe destacar que el cloro es dañiño para nuestra piel y la deshidrata, sobre todo a aquellas personas que sufran algún tipo de enfermedad dermatológica como la mayoritariamente conocida dermatitis o dermatitis atópica. Por ello, Elena Tévar, doctora de la Clínica Dermatológica Internacional de Madrid, aconseja ducharse después de salir de la piscina y también proceder a una segunda ducha con champú y gel para eliminar todos los restos de cloro que hayan quedado en nuestro cuerpo. Sin olvidar de aplicar una buena capa de crema hidratante al salir de la ducha.