Hongos mortales
Un descubrimiento que "no presagia nada bueno para el futuro", dicen los expertos.
Dos personas han fallecido después de ser infectadas por un hongo resistente a los medicamentos conocido como Rhodosporidiobolus fluvialis, según reveló un reciente estudio. Este patógeno nunca antes había sido detectado en humanos y su aparición ha generado una gran preocupación en la comunidad médica y científica.
El estudio, publicado en 'Nature Microbiology', destaca que las temperaturas corporales cálidas, usualmente protectoras contra infecciones fúngicas, no impidieron que R. fluvialis prosperara. Algo muy preocupante.
El hongo se encontró en la sangre de dos pacientes no relacionados en China. El primer caso fue un hombre de 61 años que falleció en 2013 en una unidad de cuidados intensivos (UCI) en Nanjing. Este paciente ingresó al hospital con pancreatitis aguda y dolor renal. A pesar de recibir tratamiento con medicamentos antimicóticos, falleció debido a una insuficiencia multiorgánica.
El segundo caso involucró a otra persona de 85 años que murió en 2016 en una UCI en Tianjin. Este paciente presentaba múltiples problemas de salud, incluyendo enfermedad cardíaca, insuficiencia respiratoria y neumonía. También recibió tratamiento con medicamentos antimicóticos, pero murió de insuficiencia respiratoria. El informe no especifica si la infección por hongos fue la causa directa de la muerte o si simplemente coexistía con otras condiciones.
El descubrimiento de las mutaciones de R. fluvialis ha generado temores de que los efectos del cambio climático podrían hacer que las infecciones por hongos sean aún más peligrosas para los humanos. Los investigadores descubrieron que R. fluvialis prospera a 37°C, la temperatura corporal humana estándar, y se ha vuelto resistente a los medicamentos antimicóticos. Esta adaptación rápida sugiere que el aumento de las temperaturas globales podría conducir a la aparición de patógenos fúngicos resistentes a los medicamentos.
Como parte de su investigación, un equipo de científicos del programa Red de Vigilancia de Hongos Invasivos del Hospital de China tomó muestras de pacientes fallecidos en todo el país entre 2009 y 2019. El hongo fue identificado por primera vez en 2013 y 2016 en las muestras de los dos pacientes mencionados anteriormente.
En experimentos adicionales, los investigadores probaron el hongo en ratones inmunodeprimidos y encontraron que el patógeno prosperaba dentro de sus cuerpos. Además, algunas cepas mostraron mutaciones rápidas en formas más extremas cuando se expusieron a temperaturas más altas, mutando 21 veces más rápido a 37°C en comparación con cultivos que se mantuvieron a 25°C.
Este hallazgo es significativo porque muestra cómo el cambio climático podría fomentar la evolución de patógenos fúngicos resistentes a los medicamentos. Los investigadores escribieron que su hallazgo "apoya la idea de que el calentamiento global puede contribuir a la evolución de este patógeno fúngico u otros nuevos patógenos fúngicos".
David Denning, profesor de enfermedades infecciosas de la Universidad de Manchester, no participó en la investigación pero describió el descubrimiento como "notable y verdaderamente inesperado" y añadió que "no presagia nada bueno para el futuro". La rápida capacidad de adaptación del hongo a temperaturas más altas representa una amenaza significativa.
Arturo Casadevall, microbiólogo de la Universidad Johns Hopkins (EEUU) explicó que las personas normalmente tenemos una protección significativa contra los hongos ambientales gracias a nuestra temperatura corporal. Sin embargo, si el mundo se sigue calentando y los hongos se adaptan a temperaturas más altas, algunos podrían superar esta barrera protectora.
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