EL MINISTERIO DE SANIDAD HA ANUNCIADO LA FINANCIACIÓN
Unos 500 pacientes con carcinoma basocelular avanzado se podrán beneficiar cada año del primer fármaco aprobado ya para este tumor cutáneo, que tiene un impacto psicológico enorme por el efecto destructivo o desfigurador que produce, la mayoría de las veces en el rostro.
El Ministerio de Sanidad ha autorizado ya la financiación del medicamento, cuyo principio activo es vismodegib y que se comercializa con el nombre de erivedge, que está indicado para pacientes adultos en los que la cirugía y la radioterapia ya no resultan eficaces.
El carcinoma basocelular es el tumor cutáneo más frecuente y el cáncer más común. De hecho, la mitad de la población tendrá "al menos uno" a partir de los 60 años, ha señalado en rueda de prensa la doctora Susana Puig, del servicio de dermatología del hospital Clínico de Barcelona.
Como sucede con el melanoma, está asociado con una excesiva exposición al sol y crece lentamente. Sólo en el 1 por ciento de los casos la enfermedad avanza y provoca lesiones, normalmente alrededor de los ojos, de la nariz o de los pabellones auriculares, y es en estos pacientes en los que está indicado el nuevo fármaco. Se trata de "una diana terapéutica dirigida directamente a una alteración molecular conocida", ha explicado el doctor Luis de la Cruz, del servicio de oncología del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla.
La aprobación del fármaco se produce después de los resultados de dos estudios que mostraron una reducción significativa del tamaño del tumor y la eliminación de las lesiones visibles, con poca toxicidad. En uno de ellos, el Stevie, han participado 22 hospitales y 95 pacientes españoles.
La directora médico de Roche, Annarita Gabriele, ha destacado que hasta ahora los afectados por este tumor en fase avanzada o metastásica solo recibían tratamiento paliativo, pero ya disponen de una opción terapéutica "muy eficaz, que permite al paciente volver a relacionarse y recuperar la vida socio-laboral de la que disfrutaba antes de la enfermedad".
En ese sentido, la doctora Puig ha señalado que en oncología, generalmente, lo que importa de un fármaco es que aumente la supervivencia del paciente; sin embargo, en este caso, "lo que nos importa es la calidad de vida del paciente", muchos de los cuales tienden a recluirse o experimentar rechazo social. Esta especialista ha insistido en que gracias al fármaco los afectados podrán "recuperar su vida cotidiana, mirarse al espejo por la mañana, lavarse la cara y reconocerse a ellos mismos".