Leucemia
Según el portal 'Statista', cada año se producen en nuestro país más de 3.000 muertes a causa de la enfermedad. La doctora Figuera, del Hospital Universitario de la Princesa, explica los retos a los que se enfrenta la ciencia para buscar nuevas formas de tratamiento que no sean quimioterapéuticos.
Este 22 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Leucemia, una enfermedad más común en mayores de 55 años que en menores de 15 años. Ángela Figuera Álvarez, jefa de sección de Hematología del Hospital Universitario de la Princesa, ha explicado cuáles son los retos más importantes a los que se enfrenta actualmente la ciencia para investigar la leucemia. Según datos del portal 'Statista', entre 2005 y 2021 se han producido más de 3.000 muertes anuales a causa de la enfermedad. Los especialistas están buscando así nuevos tratamientos para evitar que los pacientes tengan que someterse a la quimioterapia.
"Es un tratamiento muy fuerte, que requiere generalmente ingreso en el hospital, y que dura varios meses y muchas de ellas se pueden curar cuando al final de ese tratamiento se hace un trasplante de médula ósea, un recambio de la médula enferma por la médula sana, de un donante sano", explica la doctora sobre la quimioterapia.
La parte positiva de la investigación sobre la leucemia es que se basa en el estudio de la sangre, "que es el conocimiento que está más está avanzado". Así, la especialista comenta que la alteración de los genes es clave para prevenir que aparezcan las células anormales que provocan la aparición de la enfermedad. Y en eso se centran los esfuerzos actuales.
"Lo que se está investigando actualmente en cánceres son los genes que se alteran y acaban produciendo una célula neoplásica"
"Sabemos hoy en día que hay muchísimas mutaciones, de muchos genes, que regulan el crecimiento celular. Estosse pueden utilizar como dianas terapéuticas", dice.
Pese a que a muchos pacientes no les queda otra opción que someterse a la quimioterapia, la doctora Figuera confía en terapias más prolongadas. Muchas de ellas se están estudiando ya en el centro hospitalario donde trabaja.
"En la Princesa llevamos muchos ensayos clínicos en ese sentido, aparte de hacer trasplantes y terapias un poco más intensivas, pero creemos que en el futuro se va a derivar a tratamientos más orales, inmunoterapias, por ejemplo, y a tratamientos más prolongados y con mejor tolerancia para la persona", señala.
Un ensayo clínico publicado en la revista 'New England Journal of Medicine' constató que la inmunoterapia es esperanzadora para los bebés con leucemia linfoblástica aguda al mejorar la tasa de supervivencia de estos en un del 66% al 93%.
La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a la sangre y a la médula ósea. Tiene su origen en los tejidos sanguíneos y, a partir de ahí desencadena problemas que alteran el funcionamiento normal de las células.
"Se origina inicialmente en la médula ósea pero luego las células malignas salen a la sangre, y no dejan crecer a las células normales de la sangre", explica la especialista.
La médula ósea crea tres tipos de células: los glóbulos blancos, que se encargan de luchas contra las infecciones; los glóbulos rojos, que llevan el oxígeno desde los pulmones a los tejidos y órganos y las plaquetas, que forman coágulos para detener el sangrado. Sin embargo, un paciente de leucemia acumula por su organismo una cantidad de células anormales que afectan a la sangre.
La causa que está detrás de esta enfermedad es la aparición de cambios en el material genético (ADN) de las células de la médula ósea. Los científicos aseguran que el grupo de personas mayores de 60 años tiene una mayor probabilidad de padecer leucemia.
Hay dos tipos de leucemia en base a la rapidez con la que se produce: aguda y crónica. La leucemia aguda aparece de forma repentina normalmente. Sus síntomas suelen se parecidos a los de una gripe o virus y pueden ser tan graves que los pacientes vean necesaria la asistencia médica inmediata. "Son más rápidas y afectan mucho más a la persona", dice la doctora Figuera.
La leucemia crónica, que tiene un crecimiento lento, va empeorando con el paso de los años. Suele descubrirse como un hallazgo ocasional por el recuento elevado de glóbulos blancos en los análisis de sangre de rutina, que forman parte de una revisión regular. Conforme aumenta el número de células enfermas, estas se infiltran en la médula ósea y en otros órganos provocando serios problemas. "En este tipo generalmente se produce un aumento de las plaquetas, por lo que son más toleradas pero son más difíciles de diagnosticar", explica la especialista.
"Las leucemias agudas se diagnostican cuando la persona nota que está muy pálida o que tiene hematomas por el cuerpo porque le faltan plaquetas o porque tiene una infección que no se termina de resolver", cuenta. Esta propagación suele tener lugar normalmente en la zona de la boca.
La doctora Figuera explica que en ese caso es necesario que el paciente "tenga que ir a que se le haga un análisis, que hoy en día es muy fácil". Tras esto, conocerá cuáles son las células leucémicas que circulan por la sangre.
Las leucemias crónicas, en cambio, tienen un diagnóstico más complicado. "La persona puede estar cansada, le puede doler la tripa porque le puede haber aumentado el tamaño del bazo o puede encontrarse también con una infección que no se termina de resolver", explica Ángela Figuera.
Por ello, la doctora recomienda hacerse siempre análisis de sangre.
Por otro lado, en base a la célula donde se ha originado el cáncer hay otros dos tipos de leucemia: leucemia linfática y leucemia mieloide. La primera aparece en las células linfoides o linfocitos, mientras que la segunda tiene lugar en varias de las células mieloides que se originan en la célula ósea.
- Fiebre, fatiga, sudores nocturnos intensos y pérdida de peso involuntaria.
- Sangrado o fácil aparición de moretones (marca en la piel provocada por la presencia de sangre debajo de la misma).
- Anemia.
-Infecciones generadas por bajos niveles de glóbulos blancos.
El tratamiento para esta enfermedad depende de muchos factores: la gravedad de la leucemia, la edad del paciente o la salud en general del mismo, entre otras cosas. Algunos tratamientos son los siguientes:
- Radioterapia
- Quimioterapia
- Quimioterapia con trasplante de células madre.
- Terapia dirigida: emplea medicamentos y sustancias que atacan las células cancerosas específicas con menos daño a las células normales.