Salud
Un grupo de investigadores, liderado desde la Universidad de Santiago, avanza en su estrategia de utilizar nanoparticulas para transportar fármacos hasta el hipotálamo, actuar sobre los mecanismos que regulan la masa corporal y revertir la enfermedad de la obesidad.
La revista Nature Metabolism acaba de publicar el estudio del grupo NeurObesity de la Universidad de Santiago, liderado por el doctor Miguel López en colaboración con investigadores de la Universidad de Angers (Francia), quienes han descubierto una nueva herramienta para luchar contra la obesidad. Consiste en la capacidad de utilizar vesículas celulares, unas nano moléculas naturales, como "vagones" para transportar fármacos hasta una región cerebral de muy difícil acceso e inhibir la acción de la proteína AMPK.
Los primeros resultados se han obtenido en ratones muy obesos, en los que se ha comprobado que perdía peso a pesar de seguir ingiriendo una dieta con elevado contenido en grasa (60%), como resultado de un mayor gasto calórico en el tejido adiposo pardo.
Esta línea de investigación comenzó en el año 2010. Ahora, la nueva estrategia abre la posibilidad de extenderla más allá del del campo de la obesidad, que afecta hoy en día a unos 650 millones de personas en todo el mundo, y puede aplicarse en otras patologías relacionadas con el cerebro.
Los investigadores del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) aseguran que encontrar un tratamiento farmacológico eficaz y aplicable se presenta "como uno de los retos biomédicos más relevantes del siglo actual". En este sentido, señalan que el principal obstáculo para desarrollar fármacos que actúen en el cerebro es su grado de protección.
El cerebro, una 'caja fuerte'
"En primer lugar, está ubicado dentro de una auténtica 'caja fuerte': el cráneo y, en segundo lugar, cualquier molécula que tenga que llegar al cerebro tiene que atravesar un sofisticado sistema de transporte: la barrera hematoencefálica", explican.
En resumen, "nuestro enfoque ha consistido en utilizar vesículas extracelulares, un tipo de nanopartículas naturales presentes en nuestro organismo, cuya ventaja reside precisamente en su tamaño: son tan pequeñas que se pueden a través de la barrera hematoencefálica pero, sin embargo, son lo suficientemente grandes como para ser cargadas con un fármaco y actuar como mecanismo de transporte".