Salud
La tasa de ingresos alcanza los 4,6 casos por cada cien mil habitantes, frente a los 3 durante el invierno.
El inicio del verano ha coincidido con un repunte de los casos de Covid-19, que está provocando cuadros más sintomáticos a nivel general y una tasa de ingresos de personas vulnerables superior a la de invierno, pero con menor gravedad y menos neumonías.
Los expertos insisten en no restarle importancia al SARS-CoV-2, y recuerdan que la tasa de mortalidad en pacientes hospitalizados continúa siendo el doble que la gripe.
Según datos recientes ofrecidos por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, en las últimas semanas el nivel de incidencia ha ido en aumento, llegando a los 162 casos por cada cien mil habitantes.
Este repunte se ha visto reflejado también en la tasa de ingresos, que ha subido levemente en los últimos días, alcanzando los 4,6 casos por cada cien mil habitantes. Juan González Castillo, coordinador del Grupo de Trabajo de Infecciones en Urgencias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) explica que la mayoría de los ingresos han sido de personas mayores, pero con pocos cuadros de neumonía, de manera que solo el 2% de los que ingresan en un hospital acaban en la UCI.
Los síntomas más habituales son cuadros más febriles, sensación de quebranto en el cuerpo y malestar general.También pérdida del gusto y el olfato, que en algunos casos se manifiesta de manera transitoria y en otros se recupera de forma progresiva con el paso de las semanas.
A pesar de que estas cifras se encuadran en un baremo normalizado, han provocado un goteo de pacientes en los hospitales, principalmente mayores e inmunodeprimidos, desde que comenzó en mayo la onda endémica de Covid-19 por el avance de nuevos linajes y sublinajes de la variante ómicron.
El Covid-19 podría ser este verano una causa más del aumento de afluencia de pacientes en algunos centros sanitarios en sitios de interés turístico. Es por ello por lo que el nivel asistencial en las urgencias de los hospitales suele disminuir durante el estío en las grandes ciudades y aumentar en las zonas de costa.
Mientras disminuyen los casos de neumonía en los actuales diagnósticos por Covid-19, otras enfermedades respiratorias continúan en ascenso. Los casos de enfermedad neumocócica (EPI) ya superan en niños los niveles previos a la pandemia y se igualan en el caso de los adultos.
Así lo ha constatado un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III, que demuestra cómo el uso de medidas no farmacológicas como la mascarilla, el lavado de manos, el confinamiento o el distanciamiento social frenaron la incidencia de EPI en 2020 y 2021. Sin embrago, en 2022, los casos en todos los grupos de población empezaron a resurgir "de forma parcial", mientras que en 2023 "el rebrote fue completo”.
En niños menores de 5 años, los casos han ascendido hasta los 273, de los 112 registrados en 2020. En los mayores de 65 años, se dispararon hasta los 1.525 en 2023, alcanzándose así cifras prepandémicas.
El aumento de casos se debe a cepas invasivas, algunas de ellas asociadas altos niveles de resistencia a los antibióticos, lo que supone una importante preocupación para la salud pública.Por eso, la prevención de la EPI en niños y adultos "es una de las principales prioridades a nivel mundial", ya que se asocia con altas tasas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo.
En este sentido, la investigación resalta que el uso de las nuevas vacunas conjugadas, recientemente autorizadas en España, podría ayudar a prevenir muchos de los nuevos casos de enfermedad neumocócica, incluyendo nuevos serotipos.
Al no ser estacional, la vacunación adulta frente al neumococo se puede administrar en cualquier momento del año perdura toda la vida, a diferencia de la de la gripe, que debe administrarse anualmente dado que el virus es cambiante.
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