A MEDIO Y LARGO PLAZO
"La contaminación acústica es un problema, pero no vemos sus implicaciones directas en la salud", a pesar de que afecta a gran parte de la población e incluso a los ecosistemas naturales, ha advertido a Efe el investigador César Asensio con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de Concienciación sobre el ruido.
Este investigador del Grupo de instrumentación y acústica aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha insistido en que la sociedad "no es consciente de la contaminación acústica y el ruido del tráfico" que soporta a diario y que termina traduciéndose en enfermedades físicas y psicológicas, alteraciones del sueño y una constante tensión del cuerpo y la mente.
La "invisibilidad" inicial de la contaminación acústica, aunque sus efectos se manifiestan a medio y largo plazo, es el reto principal según diversos expertos consultados por Efe. La ONU instituyó la fecha del último miércoles de abril, hace ya 20 años, para destacar este problema que afecta a un porcentaje creciente de población.
Asensio ha subrayado que "el volumen aconsejable de ruido en términos generales no debería sobrepasar los 45 decibelios pero hoy día este nivel es inalcanzable en las ciudades" y, de hecho, a menudo es superior y "cuanto más se eleva, más termina por afectar a nuestra salud". Prueba de esta falta de visibilidad es que los ayuntamientos están obligados a presentar los niveles medios de contaminación acústica en sus documentos oficiales cada cinco años de acuerdo con la Ley del Ruido de 2003.
Estos documentos suponen una "herramienta imprescindible" para los investigadores, y sin embargo esta medida "no entra normalmente en las agendas al estar ligada a un plan de inversión mal ejecutado". La contaminación acústica es una cuestión "inmaterial" para algunas administraciones, ha confirmado también la presidenta de Juristas contra el ruido, Yomara García, lo que ha llevado a diversos ciudadanos a organizarse en asociaciones como ésta, que defiende el control y la inspección de las actividades contaminantes sujetas a ordenanzas y regulaciones. "Hay una dejación absoluta en los controles, caducan los expedientes, no hay policías, no existen términos municipales formados, están saturados y las medidas se retrasan muchísimo...", son algunos de los fallos del sistema. También existe una falta de concienciación que podría ser compensada con medidas como el lanzamiento de programas adecuados de reflexión ciudadana, la limitación de concentraciones de locales de ocio en las mismas zonas residenciales o una correcta planificación urbanística, sin perder de vista "la importancia de movilizarse y asociarse".
Los principales generadores de contaminación acústica, según la portavoz de Ecologistas en Acción, Jimena Martínez, son los medios de transporte, la industria y la actividad humana, que "provocan el 80% del ruido urbano diario".
Los especialistas recuerdan que el ruido innecesario no se limita a las ciudades sino que también está presente en las zonas rurales, aunque en menor medida. Es precisamente "cuando vamos a alguna zona de campo libre de contaminación acústica, cuando apreciamos el sonido de los pájaros y de la Naturaleza, incluso el propio silencio, y el bien que nos hace" ha concluido Martínez