Aceite de oliva
Un estudio de la Universidad de Harvard concluye que consumir este producto reduce un 28% el riesgo de alzhéimer y otros tipos de demencia senil.
En los últimos años, múltiples estudios han confirmado los beneficios del aceite de olivapara la salud. Ahora, una investigación científica de la prestigiosa Universidad de Harvard asegura que consumir media cucharada de aceite de oliva al día reduce el riesgo de padecer Alzhéimer y otras formas de demencia. Los resultados de ese estudio se han presentado en NUTRITION 2023, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición y es el primero que investiga la relación entre la dieta y la muerte relacionada con la demencia.
"Nuestro estudio refuerza las pautas dietéticas que recomiendan aceites vegetales como el aceite de oliva y sugiere que estas recomendaciones no solo respaldan la salud del corazón, sino también potencialmente la salud del cerebro", ha asegurado en un comunicado de prensa la autora del estudio Anne-Julie Tessier, becaria postdoctoral en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
"Optar por aceite de oliva, un producto natural, en lugar de grasas como la margarina y la mayonesa comercial es una opción segura y puede reducir el riesgo de demencia fatal", ha añadido.
Para elaborar el informe, que aún no ha sido revisado por pares ni publicado en una revista científica, los científicos analizaron datos de más de 90.000 estadounidenses en el transcurso de tres décadas: 60 582 participantes eran mujeres; 31.801 eran hombres. En el transcurso del estudio, 4749 participantes murieron de demencia.
Los científicos descubrieron que los participantes que consumían más de media cucharada de aceite de oliva al día tenían un 28% menos de riesgo de morir de demencia, en comparación con los que nunca o rara vez consumían aceite de oliva. Además, reemplazar 5 gramos o aproximadamente una cucharadita de margarina o mayonesa al día por aceite de oliva se asoció con un riesgo entre un 8 y un 14% menor de demencia.
Los investigadores precisan que las personas que murieron de demencia tenían más probabilidades de ser portadoras de APOe4, un gen que aumenta el riesgo de enfermedad de Alzhéimer y hace que sus cuerpos produzcan más colesterol. Los resultados seguían siendo consistentes después de ajustar por APOe4.