CON ELECTRODOS EN LA CORTEZA CEREBRAL
Los investigadores han diseñado un sistema que permite a un paciente con la fase final de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) escribir palabras utilizando sólo señales cerebrales y por primera vez ha el sistema está teniendo éxito en una paciente. Se trata de Hanneke De Bruijne, una médico holandesa que recibió el diagnóstico en 2008, cuando tenía 59 años.
Las neuronas que controlaban sus músculos voluntarios estaban muriendo, y desarrolló una condición llamada síndrome bloqueado. En este estado, era cognitivamente consciente, pero casi todos sus músculos voluntarios, a excepción de sus ojos, estaban paralizados, por lo que había perdido la capacidad de hablar y estaba prácticamente encarcelada en su propio cuerpo.
En 2015, un grupo de investigadores ofreció una opción para ayudarla a comunicarse. Su idea era implantar quirúrgicamente una interfaz cerebro-computadora, un sistema que recoge señales eléctricas en su cerebro y las retransmite al software que puede usar para escribir palabras.
"Es como un mando a distancia en el cerebro"
"Es como un mando a distancia en el cerebro", explica a 'The New York Times' Nick Ramsey, profesor de neurociencia cognitiva en el Centro Médico de la Universidad de Utrecht en Holanda y uno de los investigadores que lideran el estudio. El sábado, el equipo de investigación informó en el New England Journal of Medicine que la De Bruijne ya es capaz de controlar de forma independiente el programa de mecanografía siete meses después de la cirugía. Así, con este sistema, puede deletrear dos o tres palabras por minuto.
"Este es el primer sistema de interfaz cerebro-computadora totalmente implantado del mundo que alguien ha utilizado en su vida cotidiana con cierto éxito", señala el Dr. Jonathan R. Wolpaw, director del Centro Nacional de Neurotecnologías Adaptables en Albany, en Nueva York..
La interfaz cerebro-computadora no es la única herramienta de comunicación de la paciente. Durante un par de años, ha utilizado otro dispositivo que le permite seleccionar elementos en una pantalla de un ordenador siguiendo sus movimientos oculares. Con este sistema, puede deletrear de cinco a diez letras por minuto.
Sin embargo, este sistema tenía el inconveniente de que siempre que los niveles de luz en su entorno cambiasen, el dispositivo debía ser recalibrado, lo que hacía difícil su uso al aire libre, lo que provocó que De Bruijne decidiera no salir al exterior preocupada por no poder alertar a su cuidadora de las necesidades apremiantes sin una herramienta de comunicación.