Farmacéuticas
Se les acusa de ser los causantes de la mayor crisis de salud pública del país, además de sacrificar la seguridad del paciente por obtener beneficios económicos. Desde 1999 han muerto ya más de 500.000 personas.
Un juez federal del Estado de Ohio, procedente del norte de Estados Unidos, ha condenado este miércoles a las grandes cadenas de farmacia Walmart, CVS y Walgreens a pagar 650,6 millones de dólares a dos condados de ese Estado, como indemnización por su papel en la crisis de los opioides. También por los derivados sintéticos del opio prescritos como analgésicos, que causaron la mayor crisis de salud pública en el país, entre la del sida y la pandemia del coronavirus. Les acusan de sacrificar la seguridad del paciente por obtener beneficios económicos.
Según el juez Dan Polster, la acción de estas farmacias ayudó a crear una especie de "prejuicio público" al ignorar el consumo abusivo de estos productos por parte de sus clientes en los condados de Lake y Trumbull. La suma de dinero permitirá tanto financiar programas de educación y prevención como reembolsar a las agencias y organizaciones implicadas los gastos que originó la gestión de la crisis. A pesar de ello, sólo supone una tercera parte de lo que necesitan ambos condados para hacer frente a las consecuencias económicas de la epidemia, según Polster y el bufete de abogados que representa a los condados.
Por un lado está Walmart, la mayor cadena minorista del país, que ha anunciado su intención de recurrir el fallo por considerar que el proceso ha estado “trufado de errores jurídicos y factuales”. Por otro lado está Walgreens, que también pretende recurrir. Las farmacias se defienden asegurando que sus especialistas siguieron el protocolo iniciado por los médicos, que prescriben medicamentos legales aprobados por las autoridades sanitarias.
En algunos bares hay kit anti-sobredosis
Hay algunos bares en Estados Unidos que incluyen kits anti sobredosis o un test para comprobar si la droga que piensas consumir incluye fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína.
Las tres compañías farmacéuticas habían sido declaradas culpables en noviembre pasado por considerar que distribuyeron estos opioides masivamente en los dos condados. En lo que va de siglo, entre 500.000 y 850.000 estadounidenses murieron por sobredosis de estos medicamentos. A su vez, la dependencia exigía al paciente aumentar exponencialmente la dosis o recurrir a remedios más fuertes.
Todo esto desató un aluvión de denuncias. En el ojo del huracán estaba el mayor responsable de la crisis, Purdue Pharma, que con su medicamento Oxycontin, generalizó el uso y la prescripción de este tipo de analgésicos para tratar el dolor crónico. Algunos de estos analgésicos son recomendados para enfermos de cáncer. Y es que a pesar de que aliviaban el dolor, también generan adicción. Y las farmacias los vendían sin advertir de su poder adictivo. Desde 1999 se han multiplicado por seis las muertes por sobredosis de estos fármacos, superando las 100.000 muertes, la cifra más alta de la historia, según datos de los CDC.
Algunos barrios de Philadelphia están sufriendo las peores consecuencias de los opioides. México o China fueron algunos de los países más afectados por los opioides. Hace un año, la compañía Johnson and Johnson, junto con tres distribuidoras, llegaron a un acuerdo con 15 estados para pagar 25 mil millones de euros y zanjar miles de pleitos.