Salud Mental
En Tokio 2020 la gimnasta sufrió un problema de salud mental que le hizo apartarse de la competición. No solo esta deportista ha hecho públicos sus trastornos, también Ricky Rubio o Garbiñe Muguruza, entre otros. Varios psicólogos advierten de la importancia de saber lidiar con la presión para conseguir el éxito en el deporte.
Un día te levantas, llegas a lo más alto del deporte y consigues que el mundo quede asombrado con tu salto. Pero otro caes y no consigues lo que querías. Y luego vuelves al pódium. Es la historia de superación de Simone Biles, la atleta estadounidense que reapareció este domingo en el Mundial de Gimnasia de Amberes haciendo un salto que llevará su nombre. Detrás de ese doble mortal carpado, que le hizo colocarse la primera de la jornada clasificatoria, se encuentra mucho esfuerzo físico pero también un trabajo mental que le ha llevado años.
Los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020 supusieron para la deportista una auténtica odisea. Antes de llegar a la fase final, decidió retirarse para preservar su salud mental después de ejecutar un salto que no obtuvo los resultados esperados. Lo dijo en una rueda de prensa posterior a la competición, donde aclaró que le costaba bastante lidiar con la presión y que ella estaba por encima de cualquier medalla.
No solo le ha pasado a Biles. También Ricky Rubio anunciaba hace un mes que aparcaba su actividad profesional porque no se encontraba en plenas facultades psicológicas. Garbiñe Muguruza, Víctor Camarasa o Naomi Osaka son otros casos de deportistas a los que la presión les pasó factura y tuvieron que abandonar.
Un informe de la Universidad de Toronto asegura que los atletas de élite son más propensos a sufrir trastornos como la ansiedad o la depresión. Por ello, el trabajo mental resulta a veces casi más importante que el físico, aunque están interconectados.
"Los deportistas de alto rendimiento son personas que sienten y padecen, no son máquinas", asegura Alejo García, coordinador de la sección de psicología del deporte del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
Simone Biles era consciente de que a nivel mental no estaba preparada para afrontar los ejercicios con seguridad. "Esto ponía en riesgo su integridad física, lo que hizo fue priorizar y anteponer su salud", comenta Jorge Carril, psicólogo deportivo.
Según este especialista, es necesaria la ayuda al deportista en situaciones de riesgo como la que vivió por ejemplo Biles en Tokio. ¿Cómo es posible el resurgir y conseguir de nuevo el triunfo?
Carril asegura que el trabajo se debe realizar en base a cuatro aspectos fundamentales:
"A partir de aquí, se puede poner en marcha un trabajo personalizado de entrenamiento psicológico", continúa.
Visibilizar la salud mental en el deporte es, según el experto, algo necesario en la actualidad. "En algunos casos es una enfermedad silenciosa que no se hace visible hasta que una persona rompe o lleva una situación límite en la cual comparte las circunstancias que está viviendo en ese momento", destaca Alejo García.
Antes de seguir realizando un esfuerzo que el deportista no es realmente capaz de desarrollar, los especialistas aconsejan parar y cuidar la salud mental. "Nuestro plano emocional se encarga de mandarnos señales de alerta, en forma de ansiedad, miedo, frustración, malhumor o desesperación y esto hace que perdamos nuestra motivación, la concentración o la confianza en nuestro nivel de rendimiento", continúa Alejo.
Sin embargo, esa vida de retos a la que se enfrenta el atleta de élite tiene unos logros que solo ellos saben entender. El salto de Biles es un claro ejemplo de cómo el trabajo mental influye de forma decisiva en el rendimiento. "Estoy seguro que durante este tiempo ha estado perfeccionando todas sus habilidades mentales para volver más preparada que nunca, como se ha visto en este último salto", opina Jorge Carril.