La primera ola de calor que ha llegado a este verano, calentará los termómetros por encima de los 40ºC en gran parte de la península Ibérica, por lo que es importante tomar medidas para prevenir los daños que puede producir el calor extremo.
La hipertermia es el aumento de la temperatura corporal por encima de nuestros límites, y es lo que más en riesgo nos pone durante el verano.
Así afecta el calor extremo a nuestro organismo
Nuestro cuerpo está diseñado para tratar de mantener una temperatura de 37,5°C en todas las circunstancias, pero cuando la temperatura sube mucho, entonces tiene que hacer un trabajo extra para mantener su temperatura.
- Liberación de calor: el cuerpo abre una mayor cantidad de vasos sanguíneos cerca de la piel y empieza a sudar.
- Sudor: cuando el cuerpo expulsa sudor, la pérdida de agua en el cuerpo aumenta considerablemente.
- Intento de regular el calor: cuanto más calor, mayor esfuerzo hace el cuerpo para termoregularse y para mantener su temperatura media.
- Disminuye capacidad de sudar: cuando el cuerpo ya no puede expulsar mas agua, empieza aprovocar agotamiento o hasta un golpe de calor, debido a que ya no es posible refrescarse en el proceso de secado de la transpiración con el aire.
- Las células no realizan bien sus funciones: el calor extremo puede hacer que nuestras células aumenten a temperaturas que no les permite realizar sus funciones correctamente, por lo quelas proteínas se desnaturalizan y el metabolismo se para.
- Pérdida de conocimiento: al haberse calentado tanto el cuerpo, con el tiempo comienza a afectar el cerebro, haciendo que las personas se sientan confundidas y pierdan el conocimiento.
- Empeoran las afecciones crónicas: esto incluye las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cerebrovasculares, así como las afecciones relacionadas con la diabetes.
- Muerte: En unos casos se debe a que el calor que entra en nuestro cuerpo es tan excesivo que losmecanismos que utiliza el cuerpo para enfriarse se ven totalmente sobrepasados, por lo que el cuerpo entre en un shock del que no sea capaz de salir, terminando en golpe de calor que acabe en muerte.
Por eso, nunca podemos olvidar que el agua que eliminamos debe ser compensada con la ingesta de agua fresca que permita enfriar el organismo,porque de lo contrario podemos sufrir consecuencias muy graves e incluso comprometedoras para la vida.
Las olas de calor no han dejado de multiplicarse en los últimos diez años como consecuencia de la emergencia climática que vive el planeta y lo que ha vivido Estados Unidos, Canadá o Grecia, lo empezaremos a vivir desde hoy mismo en España.