Coronavirus
El coronavirus saltó a la especie humana en invierno, un gran aliado para este tipo de gérmenes. Este tipo de virus se trasmiten mucho mejor a bajas temperaturas y también se mantienen más tiempo activos, por ello el calor y el sol pueden ser importantes frenos en su avance.
El calor no le gusta a los virus, tampoco al coronavirus. Prefieren el frío y la humedad: "No es que el frío traiga el virus, sino que con el frío se preserva más el ambiente y es más fácil la infección", asegura Eduardo Malmierca, que trabaja en la unidad de infecciosos del Hospital Reina Sofía.
El coronavirus se contagia por gota, ya sea respirada o por contacto durante el tiempo que permanece activa en alguna superficie. "Ese tiempo es mucho mayor en invierno con temperatura baja y, por eso, la transmisión de esas enfermedades en general y también la gripe es más grande en invierno", recalca este experto.
Otro enemigo del coronavirus es el sol, ya que los rayos ultravioleta dañan su ADN. Además, según detallan los expertos, el frío y la lluvia nos conducen a sitios cerrados y el calor al aire libre, dificultando los contagios.
Aunque el coronavirus no desaparecerá en verano, su incidencia será mucho menor. Los científicos tendrán que aprovechar esa tregua para elaborar vacunas y antivirales para enfrentar la epidemia el próximo invierno con armas más eficaces.