Salud

Nutrición

Una de cada ocho personas sufre obesidad, según un nuevo estudio de la OMS

Desde 1975 la obesidad se ha triplicado en todo el mundo con más de 650 millones de adultos obesos y 41 millones de niños en 2016 con este tipo de problema.

Imagen de archivo obesidadFreepik

La obesidad es uno de los problemas de salud que más preocupan a los especialistas de la salud y uno de los más presentes en la sociedad. Ahora, un estudio de The Lancet y explicado por la Organización Mundial de la Salud asegura que en 2022, más de 1.000 millones de personas tenían obesidad. Es concretamente desde 1990 cuando se ha duplicado con creces en adultos y multiplicado por cuatro en niños y adolescentes. En 2022 un 43% de los adultos del mundo tenían obesidad.

La obesidad está dentro de lo que es la malnutrición, donde también está la desnutrición (peso insuficiente y retraso en el crecimiento) y la insuficiencia de vitaminas y minerales. La desnutrición causa la mitad de las defunciones de niños menores de cinco años y la obesidad provoca enfermedades tan graves como las cardiovasculares, diabetes e incluso cáncer.

"Este nuevo estudio pone de manifiesto la importancia de prevenir y controlar la obesidad desde las primeras etapas de la vida y hasta la edad adulta a través de la alimentación, la actividad física y la atención necesarias", indica el Director General de la OMS y añade que para alcanzar las metas mundiales de reducción de este problema, "las autoridades públicas y la sociedad civil tendrán que ponerse manos a la obra".

Obesidad en adultos y en niños

La obesidad o sobrepeso es, según la OMS, una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El IMC (Índice de Masa Corporal) es un indicador basado en la altura y en el peso que sirve para identificar si se tiene sobrepeso u obesidad.

En adultos se considera sobrepeso cuando el IMC es superior a 25 y obesidad superior a 30. En 2016 más de 1.900 millones de adultos de más de 18 años tenían sobre peso y 650 millones eran obesos. En niños menores de cinco años el sobrepeso se da cuando el peso comparado con la estatura tiene más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida según la OMS. La obesidad es tres desviaciones. En el caso de niños de entre 5 y 19 años, el sobrepeso se da cuando hay más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento de la OMS y la obesidad más de dos desviaciones. En 2016, unos 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.

Para entender la dimensión del problema, en 1975 el porcentaje de niños con sobrepeso u obesidad era de un 1% mientras que en 2016 era de un 6% de niñas y 8% de niños obesos o con sobrepeso.

Causas y consecuencias de la obesidad

Este problema de salud se da normalmente a causa de un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Lo que ha sucedido estos años es que se ha producido un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico ricos en grasa junto con un descenso de la actividad física.

Las consecuencias asustan y es que un IMC elevado puede causar enfermedades cardiovasculares como cardiopatías o accidentes cerebrovasculares, diabetes, trastornos en el aparato locomotor e incluso algunos cánceres. Los niños con este problema pueden sufrir muerte prematura, discapacidad en la edad adulta, dificultades respiratorias, riesgo de fracturas, enfermedades cardiovasculares y efectos psicológicos.

¿Cómo reducir este problema?

La Asamblea Mundial de la Salud que se celebró en 2022 adoptó el plan mundial de la OMS para frenar la obesidad bajo el objetivo de los países miembros de frenar esta crisis mundial para 2030. De momento, 31 países han aplicado este plan que consiste en:

  • Medidas que fomenten prácticas saludables (promoción, protección y apoyo de lactancia materna).
  • Legislación sobre las prácticas perjudiciales de comercialización a los niños de alimentos y bebidas.
  • Políticas de la alimentación y nutrición en las escuelas que regulen la venta de productos ricos en grasas, sal y azúcar en las zonas colindantes a los centros educativos.
  • Políticas fiscales y de precios que fomenten esa alimentación saludable.
  • Políticas sobre el etiquetado nutricional.
  • Campañas de sensibilización.
  • Normas de actividad física en las escuelas.
  • Integración de los servicios de prevención y control de la obesidad en la atención primaria.

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