Cáncer
Investigadores españoles han demostrado que un medicamento, conocido como cilta-cel, reduce el riesgo de progresión, e incluso la muerte, en pacientes con mieloma múltiple.
Un grupo liderado por investigadores españoles ha conseguido demostrar que un medicamento, conocido como cilta-cel, reduce el riesgo de progresión, e incluso la muerte, en pacientes con mieloma múltiple. La investigación, llevada a cabo sobre todo en la Clínica Universitaria de Navarra, ha realizado las pruebas en 400 pacientes y los datos no dejan lugar a dudas.
Cuando una persona tiene mieloma múltiple, las células del plasma se multiplican sin control en la médula ósea y forman tumores en las zonas de hueso sólido. Es un un tipo de cáncer que surge de las células plasmáticas, que son un tipo de glóbulos blancos.
La lenalidomida era hasta ahora uno de los medicamentos principales que se utilizaban para frenar el avance del mieloma y evitar recaídas. Sin embargo, hay muchos pacientes que son refractarios a este fármaco. "Lo habitual en un paciente resistente a la lenalidomida es tener una recaída precoz en pocos meses. Por eso es necesario contar con nuevos tratamientos", afirma el doctor San Miguel, uno de los participantes en la investigación.
"El cilta-cel es una terapia celular que forma parte de la inmunoterapia y que ha demostrado ser muy eficaz en estadios finales de la enfermedad, pasando la supervivencia libre de progresión de tres meses a tres años, aproximadamente", explica San Miguel.
"Puesto que conocíamos el efecto positivo del cilta-cel en fases terminales, esta investigación recoge su uso en recaídas precoces de mal pronóstico y en las resistentes a la lenalidomida. El siguiente paso sería proponer un ensayo para aplicarlo en el nuevo diagnóstico. Si tan bueno ha sido en estadios tardíos, queremos demostrar que puede ser muy bueno en fases anteriores", expresa el doctor.
Más de 400 pacientes
El estudio ha contado con más de 400 pacientes de varios países que ya habían recibido varios tratamientos contra este tipo de mieloma y se habían mostrado resistentes a los fármacos, por lo que las recaídas eran inmediatas y violentas.
El grupo experimental se dividió en dos y mientras que a uno de los subgrupos se le administró tratamientos convencionales, al otro se le administró el cilta-cel.
A los doce meses de tratamiento los datos eran irrefutables: mientras que el primer grupo conseguía una supervivencia libre de progresión -es decir, el tiempo que pasa sin recaídas- del 48%, los pacientes que había recibido cilta-cel conseguían subir hasta el 76%.