Colesterol
La ciencia ha desmontado el mito y le ha dado la vuelta.
Sometemos a juicio a un alimento sospechoso durante décadas de ser perjudicial para nuestra salud. Una acusación grave que debería estar apoyada en pruebas irrefutables que hoy queremos contrastar. Nuestro protagonista hoy es el huevo, responsable en teoría de subir nuestro colesterol y, por tanto, factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Diseccionamos su contenido para verificar qué hay de verdad antes de emitir nuestro veredicto.
En los últimos años la ciencia ha desmontado ese mito tan arraigado y le ha dado la vuelta. El consumo de huevos es beneficioso para nuestra salud. “Contiene una proteína, la albúmina, considerada de máxima calidad por el aporte de aminoácidos que el organismo no puede producir. Si mantenemos una dieta variada no hace falta restringir el consumo de huevos sino que es conveniente incluirlos” explica el divulgador científico de la DOMUS, José Viñas. Nos interesan por su alto contenido en vitamina D y porque mejoran nuestro perfil de colesterol. Además “promueven la aparición de partículas de mayor tamaño de lo que se conoce como colesterol bueno y reducen las de colesterol malo. Otro de sus nutrientes, la colina, favorece el buen funcionamiento del cerebro y su aporte en luteína y zeaxantina ayuda a proteger la vista”. Sin duda, el huevo es más que recomendable.
Dictamos sentencia. El huevo es inocente. Previene del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y quedan demostradas sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes. Para aprovechar sus cualidades tan nutritivas una última observación a la hora de cocinarlos. Los especialistas los recomiendan preferiblemente cocidos o escalfados antes que fritos para evitar un aporte excesivo de grasa.