ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE LEEDS Y SURREY
Científicos de las universidades británicas de Leeds y Surrey han realizado un exhaustivo trabajo de investigación sobre el nivel de azúcar que contienen los diferentes yogures que se encuentran en los supermercados.
El resultado es sorprendente y alarmante ya que de los 921 yogures analizados en la mayoría, a excepción de los naturales y los de estilo griego, el nivel de azúcar es muy superior al recomendado. Incluso en los yogures bio y los indicados para bebés y niños.
El estudio publicado en BMJ OPen y recogido en sciencedaily.com y eurekalert.org, entre otros medios, revela que por ejemplo los yogures catalogados como orgánicos tienen 13.1 gramos de azúcares libres por cadda 100 gramos. A esto habría que sumarle el azúcar natural proveniente de la lactosa. La cantidad diaria recomendada de azúcar para un niño de 4 a 6 años es de 19 gramos. Según dicho informe, sólo dos de los 101 productos dirigidos a menores podrían clasificarse como bajos en azúcar.
Con estas cifras sobre la mesa el consumo de un solo yogurt al día, cuyo envase medio suele ser de 125 gramos, coparía casi la totalidad del azúcar permitido diariamente a un niño.
El estudio dividió los productos analizados en ocho categorías de yogurt y queso fresco: infantil, alternativa láctea, postre, bebidas, con sabor, natural / griego, orgánico, fruta. En este texto se evidencia que los naturales y de estilo griego contienen la menor cantidad de azúcar, 5 gramos por cada 100 gramos (la mayor parte proviene de la lactosa). Aún así esta cantidad supera la permitida de azúcares naturales acordados por por Public Health England que es de 3,8 g/100 g.
La autora principal de este estudio, la Dra. Bernadette Moore, alertó de que: "Si bien hay buena evidencia de que el yogur puede ser beneficioso para la salud, los productos en el mercado varían ampliamente en contenido de nutrientes. Se considera la opción "más saludable", pero pueden ser una fuente no reconocida de azúcares agregados en la dieta de muchas personas".
Estos datos son especialmente alarmantes teniendo en cuenta que los españoles consumimos el doble del azúcar recomendado.
En este sentido, es interesante fijarse en las etiquetas a la hora de consumir un producto porque no todos son tan sanos como parecen. Son espectaculares los resultados que se ven cuando un fotógrafo muestra el contenido de azúcar de los alimentos procesados con su equivalencia en terrones.