Alcohol, tabaco y cannabis
Los médicos señalan que esta tendencia de consumo va al alza y que supone un gran problema de adicción para los jóvenes.
Tranquimacín o Diazepan son algunas de las sustancias que los adolescentes de 14 años han comenzado a consumir. Una tendencia que, según los expertos, va al alza y que supone un gran problema de adicción para los jóvenes.
La Dra. Teresa Orengo, médico y coordinadora de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Grao, del departamento Clínico de la Malvarrosa, ha dado la voz de alarma. Los datos hablan claro: el 51% de los adolescentes bebe de forma regular.
El consumo de tabaco ha bajado entre este grupo de edad, aunque los que fuman lo hacen con más frecuencia. Teniendo en cuenta, según la doctora, que es una sustancia muy adictiva, el 32% tiene posibilidad de engancharse.
Respecto al cannabis, la doctora expone que contiene 100 veces más de principios psicoadictivos que el tabaco, lo que, según ella, supone que "un 10% de los chavales que fuman cannabis a los 15 años sufre un episodio psicótico,y eso, a esa edad, es devastador".
El éxito de la prevención
Durante la celebración del XI Curso de Actualización Pediátrica celebrado en el hospital de La Salud de Valencia se hizo especial hincapié en el éxito de la prevención. Gracias a las actividades preventivas en colegios e institutos, y con la legislación de carácter restrictivo -como la ley del tabaco y la ley de drogodependencias- tanto el ámbito del consumo como de la publicidad del alcohol y del juego, se ha conseguido disminuir la prevalencia de su consumo.
Gestión de las emociones
La doctora Teresa Orengo también ha explicado que la adicción está directamente relacionada con la recompensa cerebral. Existe una conexión con la amígdala conectada con las emociones, lo que provoca una descarga de dopamina. Los jóvenes, al no tener desarrollado el lóbulo prefrontal, son incapaces de prevenir las consecuencias ni de contenerse.
Por ello, el psicólogo infantil David de Cubas insiste en la importancia del papel que juegan los padres y los adultos que conviven con los jóvenes. Deben aprender a gestionar sus emociones para así saber enfrentarse a la frustración sin tener que consumir ningún tipo de pastilla.