Aceitunas
La Unión Europea las ha calificado como aceitunas de riesgo grave tras la presencia de este pesticida.
El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) ha emitido una alerta sobre la venta en España de unas aceitunas procedentes de Marruecos. El motivo es por el elevado nivel de un pesticida no autorizado en la UE en ellas.
El pasado mes de julio ocurrió lo mismo con unas sandías, pero con otro pesticida, el metomilo. En esta ocasión, la alerta se ha dado esta semana aunque el producto entró en España el pasado 18 de agosto, cuando se le realizó un control en la frontera.
Las aceitunas son procedentes de Marruecos. Según la Comisión Europea, se trata de "aceitunas barbacoa".
Los resultados de la analítica en el control mostraron la presencia de un insecticida, en concreto del clorpirifos, en una cantidad de 0,067 mg/kg-ppm, cuando su Límite Máximo de Residuos (LMR) está fijado en 0,01 mg/kg. El resultado ha obligado a la UE a calificarlas como aceitunas de riesgo grave.
El clorpirifos no está autorizado actualmente en el espacio europeo. Por el momento, las aceitunas solo han sido distribuidas en territorio español.
No hay información sobre si ha afectado a alguna persona. Tampoco se han indicado detalles del producto sobre sus características, como la marca.
El clorpirifos es un insecticida organofosforado cristalino que inhibe la acetilcolinesterasa causando envenenamiento por colapso al sistema nervioso del insecto. Se utiliza principalmente para combatir plagas de insectos o parásitos de ganado, según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR).
Su uso y comercialización fueron prohibidas en el año 2020 por la Comisión Europea después de que organismos como la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA) confirmara los efectos genotóxicos y neurológicos que podría provocar en niños. "Existen preocupaciones relacionadas con la salud humana, en particular en relación con la posible genotoxicidad y neurotoxicidad del desarrollo", indicaron en un informe.
En Estados Unidos, la EPA lo prohibió en el año 2015 y en Europa, ocho países ya hacía tiempo que habían desautorizado su uso.
En personas, su exposición puede causar mareos, fatiga, secreción nasal, lagrimeo, salivación o náuseas, entre otros efectos. Así lo indica la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR). La exposición oral de este insecticida en niveles altos puede llegar a provocar parálisis, convulsiones o desmayos.