Primavera 2020
En el mes de marzo empezamos a notar el buen tiempo con la llegada de la primavera. En estos meses apetece estar en la calle, disfrutar de los rayos de sol... pero esto para las personas alérgicas puede ser negativo, sobre todo para aquellas que tengan alergia al polen. Solo en España ocho millones de personas son alérgicos al polen y los meses más afectados por esto suelen ser abril, mayo y junio. Esta primavera será un poco diferente por la crisis del coronavirus, lo que puede hacer que se confundan algunos síntomas con los de una alergia común y salten las alarmas.
Para evitar que aparezca la alergia primaveral puedes seguir estos consejos, muchos de ellos aplicables si se levantara el estado de alarma por el coronavirus: utilizar gafas de sol para salir a la calle para proteger los ojos del polen, consultar los niveles de polen a través de aplicaciones especializadas, tener a mano los medicamentos que necesites, cerrar las ventanas de casa en la medida de lo posible para evitar que entre el polen, extremar la limpieza en casa, si coges el coche tener las ventanillas cerradas, practicar ejercicio en casa y no al aire libre...
Según informa la Sociedad Española de Alergología e Inmunología (SEAIC), "aunque nos parezca extraño, los alérgicos al polen empiezan a sufrir los efectos de la floración y polinización mucho antes de la primavera". Además, afirman que aunque parezca raro, la alergia es más común que aparezca en zonas urbanas que en zonas rurales porque "la incidencia de la alergia al polen es mayor en las ciudades debido a que la contaminación potencia la capacidad del polen de provocarla y la contaminación atmosférica está proporcionalmente relacionada con la formación de pólenes más agresivos".
En la mayoría de los casos los síntomas de la alergia primaveral son: picor nasal, picor de ojos, estornudos repetidos, destilación nasal acuosa y congestión nasal. Dichos síntomas suelen remitir con cierta rapidez tras la toma de antihistamínicos tópicos u orales. La presencia de fiebre es nula, salvo que se complique con sinusitis aguda. En el caso de los síntomas del asma, algunos pueden ser la tos seca y la dificultad para respirar, pero no tiene por qué haber fiebre y suelen revertir fácilmente con el uso del broncodilatador.