Cáncer
La Agencia del Medicamento de EEUU advierte sobre el riesgo de padecer un cáncer secundario con las terapias CAR-T.
La Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA) ha comunicado que los fabricantes de medicamentos tendrán que cambiar su etiquetado de seguridad. De esta manera, tendrán que añadir un recuadro de advertencia aquellas farmacéuticas que produzcan un tipo de tratamiento contra el cáncer llamado terapia CAR-T. ¿El motivo? Que dicha terapia podría provocar un cáncer secundario.
De esta manera, la agencia estadounidense pide que se incluya en el prospecto de estos medicamentos el posible riesgo de padecer neoplasias malignas de células T, con resultados graves, entre los que se incluiría la hospitalización y la muerte.
La FDA considera que el riesgo grave de malignidad de células T es aplicable a todas las inmunoterapias de células T autólogas modificadas genéticamente dirigidas a mutaciones en los genes BCMA y CD19 -precisamente, estas mutaciones son las las indicadas en diferentes tipos de enfermedades oncohematológicas, como la leucemia linfoblástica aguda, el linfoma B difuso de célula grande y el mieloma múltiple, entre otras-.
Veinticinco informes de cánceres raros de la sangre en pacientes que habían recibido terapia CAR-T son las que han llevado a la FDA a añadir este recuadro de advertencia, ha explicado Carly Kempler, portavoz de la agencia. A pesar de ello, Kempler ha puntualizado en 'NBC News' que, a pesar de la nueva advertencia, "los beneficios generales de estos productos siguen superando sus riesgos potenciales".
"Aunque los beneficios generales de estos productos continúan superando sus riesgos potenciales para sus usos aprobados, la FDA está investigando el riesgo identificado de malignidad de células T con resultados graves, incluidas hospitalizaciones y muerte, y está evaluando la necesidad de tomar medidas regulatorias", ha manifestado la propia agencia.
La terapia CAR-T utiliza las propias células inmunitarias del paciente para combatir cánceres de la sangre como la leucemia, el mieloma múltiple y el linfoma. Las células inmunitarias se extraen del paciente y luego se modifican genéticamente en un laboratorio para que se dirijan a las células cancerosas. Una vez ajustadas, las células inmunitarias se vuelven a infundir en el paciente.
Una revolucionaria terapia que en 2022 logró curar completamente a dos pacientes que sufrían leucemia.