Cáncer
La Fundación MD Anderson Cancer Center presenta un estudio de opinión que aborda el sentir del entorno del paciente en España, con el objetivo de ayudarle a encontrar las herramientas necesarias para brindar apoyo a la persona que lo padece.
En una era en la que el positivismo parece ser un lema de vida, la Fundación MD Anderson Cancer Center, impulsando su movimiento 'Sin Miedo A Vivir' respaldado por Havas, presenta el estudio de opinión 'Cáncer: experiencia emocional del paciente y su entorno', junto con la empresa de estudios More Than Research.
Contando con la muestra de 500 personas que han padecido cáncer y 500 familiares y amigos, además de ayudar a este entorno a identificar las necesidades del paciente y saber cómo ayudarle, se busca inspirar a las personas a aprender del crecimiento personal de los pacientes. En este estudio se aborda, principalmente, la gestión emocional de esta enfermedad.
El estudio revela que los pacientes se adaptan mucho mejor a la nueva realidad que su entorno, y además, a pesar de que la actitud es un factor fundamental en el proceso de la enfermedad, la mayoría de los pacientes (un 63% de ellos), considera que el "positivismo tóxico" es contraproducente, mientras que el 53% de los amigos y familiares no considera que esa actitud pueda ser perjudicial.
En cuanto a la gestión emocional, el estudio pone de manifiesto que el paciente va por delante de los familiares, dado que 7 de cada 10 pacientes reconoce y expresa las emociones durante el proceso del diagnóstico, y los familiares, solo en 1 de cada 4 casos es capaz de hacerlo.
Por otro lado, en cuanto a la reacción del diagnóstico, los familiares y amigos tienden a sentirse aturdidos o paralizados, mientras que los pacientes suelen ser más positivos y buscan apoyo e información. Del mismo modo, ocurre durante el proceso de adaptación a la nueva realidad. La persona enferma busca distintas maneras de fomentar su bienestar físico y emocional (34%), mientras que su entorno, prefiere realizar actividades en familia o con amigos (63%), frente a un 52% en el grupo de los pacientes.
Tal y como aseguran desde la Fundación, el padecer esta enfermedad tiene un enorme efecto de cambio y de crecimiento personal. Tras conocer el diagnóstico, se producen cambios en las actitudes. El 31% de los pacientes destacan una mayor inteligencia emocional, y el 48%, más ganas de vivir, mientras que el 45% de los familiares y amigos, aseguran tener una mayor consciencia de la fugacidad de la vida.
Un estudio que destaca los sentimientos y las emociones de los pacientes y de su entorno, y que pone de manifiesto las diferencias que hay entre unos y otros. Una visión realista sobre la parte más sentimental y conductual de padecer esta enfermedad.