Coronavirus
Biontech ha señalado que lleva meses haciendo preparativos junto con su socio estadounidense Pfizer para adaptar la vacuna existente en un plazo de seis semanas en caso de que una nueva variante del virus se extienda rápidamente a nivel mundial.
En 100 días podría estar disponible una vacuna contra el coronavirus adaptada a la nueva variante ómicron según ha confirmado el fabricante alemán Biontech, socio de Pfizer.
"Para evitar la pérdida de tiempo, estamos abordando estas dos tareas en paralelo hasta que los datos estén disponibles y tengamos más información sobre si la vacuna debe ser adaptada o no", ha agregado. El proceso que hay que llevar a cabo consiste en exponer el suero de los individuos vacunados a la proteína espiga de la nueva variante y comprobar cuál es la reacción. La farmacéutica espera tener los primeros resultados en la semana que viene.
Ómicron preocupa sobre todo por su gran capacidad para propagarse, se extiende de forma veloz entre la población y ha generado el miedo porque acumula muchas mutaciones, en concreto 30 mutaciones en la parte de la proteína Spike que es la que usa el virus para infectarnos. La incertidumbre viene porque todavía no se sabe si existe más riesgo de transmisibilidad que con las cepas previas, si puede escapar a la protección de las vacunas o si su letalidad es mayor que las anteriores variantes.
Biontech ha señalado que lleva meses haciendo preparativos junto con su socio estadounidense Pfizer para adaptar la vacuna existente en un plazo de seis semanas en caso de que una nueva variante del virus se extienda rápidamente a nivel mundial. El objetivo de los preparativos era entregar los primeros lotes de cualquier vacuna adaptada en un plazo de 100 días.
¿Debe una vacuna rediseñada volver a pasar las mismas fases de ensayo y procesos para conseguir las mismas autorizaciones que la vacuna original? La investigadora Isabel Sola ha contestado a esta pregunta indicando que habrá que ver cual es la actitud de las agencias reguladoras, y si aceptan directamente la reformulación, en cuyo caso habría vacunas masivamente en unos meses, o si exigen algún tipo de ensayo.
Al respecto la directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke, subrayó la preocupación sobre la nueva variante ómicron, pero señaló que "ya sabíamos que los virus mutan y estamos preparados" para adaptar las vacunas de la covid-19 "si fuera necesario". "Todavía no sabemos si lo es", dijo en una comparecencia ante una comisión del Parlamento Europeo en Bruselas, en la que recordó que desde febrero de 2020 hay "una guía para permitir a las empresas acelerar la adaptación de las vacunas si fuera necesario". "Y debemos tener mucho cuidado a estas alturas en decir esto: no sabemos aún si esto va a ser necesario, pero si lo fuera, ya tenemos un plan de contingencia", añadió.
Si al final se demuestra que es necesario adaptar las vacunas, la EMA podría tardar "unos tres o cuatro meses" en dar su visto bueno a una nueva versión del preparado, pero eso solo ocurrirá "cuando los datos estén disponibles" y eso, aseguró, "no depende de la EMA, sino de varios factores, como la situación epidemiológica, la efectividad de la actual vacuna y la circulación de esta variante en Europa". Cooke señaló que la EMA está en contacto con agencias internacionales de medicamentos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y las farmacéuticas "para garantizar que estemos preparado para lo peor, aunque esperemos que ocurra lo mejor".