A PRINCIPIOS DE AÑO
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha adelantado que a principios del próximo año divulgará decenas de miles de documentos filtrados sobre uno de los grandes bancos de Estados Unidos, según indicó en una entrevista concedida el pasado 11 de noviembre a la revista 'Forbes' y publicada este martes.
"Tenemos una (filtración) relacionada con un banco, es una mega filtración, no en gran escala, como el material de Irak, pero también son decenas o centenares de miles de documentos", dijo Assange en referencia a los 400.000 informes que difundió el portal sobre la guerra en Irak, a los que siguieron otros 70.000 sobre Afganistán y, la última oleada, más de 250.000 cables diplomáticos de Estados Unidos.
Assange rehusó desvelar la identidad del banco, pero lo definió como una gran entidad financiera estadounidense que aún existe. Además, confió en que el contenido de este material impulse una revisión sobre el funcionamiento del sistema bancario, así como una investigación, sobre el 'modus operandi' de este banco, en particular.
Esta filtración "ofrecerá un conocimiento desde dentro verdadero y representativo sobre cómo se comportan los bancos en un nivel ejecutivo, de una manera que creo que estimulará las investigaciones y las reformas", aseveró el fundador del medio digital.
Interrogado sobre futuras revelaciones, el australiano comentó que debido al éxito cosechado con las últimas tiradas -en referencia a las de Irak y Afganistán- la popularidad del portal ha crecido de forma espectacular en los últimos meses, lo que le ha permitido acceder a un mayor volumen de información confidencial.
"Hay una brecha entre la velocidad de publicación y la velocidad con la que recibimos material confidencial. Nuestra cartera de fugas ha ido aumentando exponencialmente a medida que ha aumentado nuestro perfil", indicó.
En este sentido, Assange advirtió de que todavía posee un gran volumen de información sobre "muchos negocios y gobiernos, incluido el ruso" y aludió a un caso de espionaje industrial en el que Estados Unidos sería la víctima.
Además apuntó que "alrededor del 50%" del material que posee afecta al sector privado, en concreto, a las empresas que han colaborado con las citadas misiones bélicas, a otros bancos y a algunas farmacéuticas.