Putin
El mandatario ruso tiene una orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha vuelto a desafiar a la comunidad internacional al ser recibido con todos los honores en Mongolia, a pesar de la orden de detención emitida en su contra por la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya. La visita, que tuvo lugar este martes, se ha convertido en su primera visita de Estado a un país miembro de la CPI desde la emisión de la orden el año pasado.
Putin fue recibido en Ulán Bator con una ceremonia de alfombra roja por el presidente mongol, Ukhnaa Khurelsukh. La recepción incluyó una guardia de honor con uniformes inspirados en el legendario líder Gengis Kan, algunos de ellos montados a caballo, en una clara muestra de la cálida bienvenida ofrecida al mandatario ruso. Tras los saludos protocolares, ambos líderes se reunieron en una yurta tradicional ubicada en el palacio estatal de la capital mongola.
Durante la reunión, Putin destacó la fortaleza de los lazos entre Rusia y Mongolia, y afirmó que "las relaciones entre la Federación Rusa y Mongolia se están desarrollando en todas las direcciones", según declaraciones recogidas por la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti. El encuentro ha sido interpretado por algunos como una señal de que los esfuerzos occidentales por aislar a Putin no han tenido el impacto deseado. Desde que inició la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, el Kremlin ha intentado reducir la influencia moral y legal de la corte internacional, mientras busca reafirmar su autoridad en el manejo de recursos naturales en su esfera de influencia
Mongolia, un país que depende de Rusia para el 95% de sus productos petrolíferos, ha evitado condenar la guerra en Ucrania y se ha abstenido de votar en las resoluciones de las Naciones Unidas relacionadas con el conflicto. Además, Mongolia se convirtió en uno de los principales destinos para los ciudadanos rusos que huyeron de su país en 2022, tras el anuncio del Kremlin de una campaña de movilización. Esta estrecha relación con Rusia y la recepción dada a Putin subrayan la influencia que Moscú aún ejerce sobre algunos de sus vecinos, a pesar de la presión internacional.
El presidente Khurelsukh expresó su agradecimiento por la visita de Putin, la primera en cinco años, y destacó la amistad tradicional y la asociación estratégica integral entre ambos países. "Es gratificante constatar que las relaciones entre nuestros países y pueblos son tradicionalmente amistosas y han alcanzado el nivel de una asociación estratégica integral", afirmó Khurelsukh, como forma de destacar la importancia de mantener una relación cercana con Rusia.
La reacción en Ucrania no se hizo esperar. Las autoridades ucranianas, que han sufrido recientes ataques con misiles y drones rusos, expresaron su indignación por la visita de Putin a Mongolia y advirtieron que buscarán "garantizar que esto tenga consecuencias" para el país anfitrión. La visita ha sido percibida como una provocación y una muestra de impunidad, y ha desafiado abiertamente la orden de detención internacional contra el presidente ruso.
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