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Violencia policial

Vídeo: unos guardias penitenciarios golpean hasta la muerte a un preso esposado en Estados Unidos

Brutal agresión a Robert Brooks, un hombre afroamericano que ha muerto tras ser golpeado por agentes en el Centro Correccional Marcy.

La brutalidad en el sistema penitenciario estadounidense sigue presente tras la publicación de un vídeo que muestra a unos guardias del Centro Correccional Marcy, en el Estado de Nueva York, golpeando hasta la muerte a un recluso esposado. La víctima, Robert Brooks, un hombre afroamericano de 43 años, que cumplía condena por apuñalar a su exnovia, falleció el 10 de diciembre, un día después de la agresión.

El video, difundido por la fiscal general Letitia James, muestra escenas desgarradoras en las que los guardias golpean repetidamente al preso en el rostro, el pecho y la ingle, mientras otros oficiales observan sin intervenir. La grabación carece de sonido, ya que los agentes no activaron correctamente las cámaras, lo que supone una negligencia.

Según las imágenes, Brooks fue llevado esposado a una sala médica, donde comenzó la agresión. Un agente le pateó la parte inferior del cuerpo, mientras otro lo golpeó con un zapato en el pecho. En un momento, los guardias lo levantaron de la mesa de examinación de una manera que, según expertos, pudo haber causado una lesión fatal en la médula espinal.

Jeremy Faust, médico de emergencias y profesor en Harvard, ha afirmado que la forma en que fue levantado pudo haber hiperextendido su cuello, provocando parálisis inmediata y asfixia. "Ver esta escena fue devastador. Parece un claro caso de fuerza letal innecesaria", ha señalado el médico.

La investigación

La Fiscalía General de Nueva York ha calificado las imágenes como "impactantes y perturbadoras" y ha abierto una investigación sobre la muerte de Brooks. Letitia James ha asegurado que su oficina usará todos los recursos disponibles para garantizar justicia y transparencia en el caso.

La gobernadora Kathy Hochul también ha condenado la agresión, calificándola de "homicidio sin sentido". Como consecuencia, ha ordenado el despido de 14 empleados penitenciarios involucrados en el incidente, entre ellos 13 agentes y una enfermera. Además, uno de los agentes dimitió tras la difusión del vídeo.

El Departamento de Correccionales del Estado ha anunciado medidas inmediatas, como auditorías diarias para garantizar el correcto uso de cámaras y la presencia de supervisores senior en todas las instalaciones. "Este no es un caso aislado. Es una llamada urgente al cambio institucional", ha declarado el comisionado Daniel Martuscello.

La muerte de Robert Brooks pone en evidencia fallos estructurales en el sistema penitenciario. La abogada de la familia Brooks, Elisabeth Mazur, ha señalado que el caso refleja un patrón de abuso y falta de rendición de cuentas en las cárceles. "Robert merecía vivir. Este nivel de violencia es inaceptable en cualquier contexto, especialmente dentro de una institución supuestamente destinada a la rehabilitación", ha declarado.

Organizaciones como The Legal Aid Society también han alzado la voz, describiendo las acciones de los agentes como "grotescas e inhumanas".

Además, la familia de Brooks ha exigido justicia y ha pedido medidas para garantizar que tragedias como esta no se repitan. "No descansaremos hasta que se haga justicia para Robert y se proteja la seguridad de todos los presos", ha señalado su abogada.

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