Estados Unidos
Ha ocurrido en en Carolina del Norte. La docente permaneció sentada y ningún otro estudiante la defendió.
La violencia en las aulas es cada vez más habitual en los centros educativos de Estados Unidos. El último caso ha ocurrido en la ciudad de Winston-Salemen, el estado de Carolina del Norte. Un estudiante de secundaria ha humillado y abofeteado a su profesora, y lo ha hecho bajo la atenta mirada del resto de los compañeros.
No solo es que el resto de alumnos no defendiera a la profesora, es que, además, se reían, se burlaban y usaban sus teléfonos móviles para grabar la agresión. Otros ni siquiera prestaban atención a lo que estaba sucediendo.
El vídeo que algunos estudiantes capturaron ha trascendido y se ha hecho público. En él, se puede ver cómo la profesora se encuentra sentada mientras que el joven se encara con ella hasta que le acaba propinando una fuerte bofetada. A pesar de las constantes agresiones, la profesora no hace nada para protegerse ni para frenar la violencia que la estudiante.
El joven, que según las primeras informaciones es menor de edad, ya ha sido arrestado.
Algunos expertos consideran que los niños agresivos solo están imitando los patrones de conducta que han visto en sus hogares. Este es uno de los motivos por el que más de 65 países han prohibido las bofetadas. El primero fue Suecia, en 1979. Escocia prohibió el castigo físico a menores de 16 años en 2020, y Gales prohibió las bofetadas en 2022.
Ahora, los pediatras de Inglaterra piden al Gobierno que reforme la Ley de la Infancia para que se considere ilegal el castigo físico a los niños. Los expertos coinciden en que dar una bofetada o un cachete a los menores conduce, en un futuro, a la violencia y a tener problemas de salud mental.
El Colegio de Pediatras y Salud infantil ha elaborado un informe en el que se detalla el alcance que puede tener la "clásica bofetada" en la salud a largo plazo y advierte que puede conducir a un "ciclo de violencia".
En Inglaterra e Irlanda del Norte, un vacío legal permite a los padres y la madres usar legalmente la fuerza contra sus hijos siempre que se pueda justificar como "un castigo razonable y moderado". Los médicos aseguran que esta ley les provoca dificultades para identificar casos de abuso infantil y para que los profesionales legales decidan cuál es en realidad la gravedad de las lesiones físicas de un niño.
La actual Ley de la Infancia para Inglaterra se aprobó en 2004, castiga con penas de hasta cinco años de prisión pegar fuerte a los niños, es decir, cuando deja marcas en el cuerpo. Sin embargo, autoriza los bofetones moderados, siempre y cuando no cause "moratones, enrojecimiento o daño mental".
Durante su votación en la cámara de los Comunes, varios diputados laboristas se rebelaron contra la ley, propuesta por el Gobierno, al exigir que esta estableciera una prohibición total de la violencia.
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