Turquía
Pánico entre los habitantes después de que la tierra volviera a temblar en la provincia de Hatay con un terremoto de magnitud 6,4 y otro de 5,8.
La tierra vuelve a temblar la provincia turca de Hatay. El pánico y el caos vuelve a inundar las calles del país. Han sido dos nuevos terremotos, uno de ellos de magnitud 6,4, en el distrito de Defne, al sur de la ciudad de Antioquía y el segundo, apenas tres minutos después, en Samadang, con una magnitud de 5,8.
Los seísmos se producen dos semanas después de que se produjeran los otros dos que causaron la muerte de al menos 41.000 personas. Decenas de edificios se han derrumbado. Se han contabilizado hay al menos seis fallecidos y más de 760 heridos. Y el ministro del Interior, Suleyman Soylu, advierte de la posibilidad de que haya más personas atrapadas bajo los escombros de los edificios que se han derrumbado ahora.
Las autoridades turcas informan del fallecimiento de seis personas, mientras que 294 personas se encuentran heridas, 18 de ellas con pronóstico grave, según ha informado TRT Haber.
También en Siria volvieron a sentir el temblor. En la provincia de Idlib salieron a la calle a oscuras y se contabilizan varios heridos. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos ha notificado 470 heridos. Hasta 320 lesionados corresponden a zonas controladas por el Gobierno sirio y 150 se han contabilizado en el noroeste del país.
La organización Defensa Civil Siria, conocida como 'cascos blancos', ha cifrado en más de 130 personas heridas tras el temblor, algunos por fracturas, contusiones, desmayos y pánico.
La tierra vuelve a temblar en Turquía
Los nuevos terremotos causaron escenas de pánico y las autoridades locales han pedido el envío urgente de tiendas de campaña, porque la población no quiere regresar a sus viviendas por temor a nuevos derrumbes y por las bajas temperaturas que afrontan las personas que están en calle y que buscan refugiarse en los restos de las construcciones dañadas.
Desde el sismo del pasado día 6 de febrero, cuando se produjo el primer seísmo, ninguno de los edificios es aún habitable en Antioquía.
Los equipos de emergencia trabajan de nuevo sin luz, acudiendo a cada llamada de socorro. Las familias siguen en la calle y calientan agua para hacer té con estufas.