UNA EMPRESA GADITANA SE OCUPÓ DE LAS CÁMARAS DE VIGILANCIA

Así era la vida de Assange durante los años que estuvo recluido en la Embajada de Ecuador en Londres

Unas imágenes inéditas muestran al fundador de Wikileaks montando en monopatín por los despachos y pasillos de la embajada.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha pasado su cuarto día en prisión provisional, mientras se activa el proceso para su eventual extradición a EEUU. Un encierro menos cómodo que la reclusión que vivió durante siete años en la embajada de Ecuador en Londres, y de la que ahora aparecen imágenes inéditas.

Tal y como muestran las imágenes, Assange se entretiene junto a una colaboradora, montando en monopatín por despachos y pasillos de la embajada.

Había llegado camuflado de mensajero a la delegación en 2012. Consiguió el asilo y se le colocó en un cuarto con un colchón inchable.

Con el tiempo, logró un pequeño despacho con ordenadores, conexión a Internet, habitación y baño privados, y una cinta para correr. Se levantaba tarde y se acostaba de madrugada para evitar al personal diplomático, cada vez más molesto con el que llamaban el 'invitado', porque usaba a su antojo los espacios comunes.

Assange recibía visitas de actrices o cantantes y organizaba reuniones con amigos, como la que le costó un rifirrafe con un vigilante, que le intentó arrebatar la cámara con que Assange grabò el incidente. Tuvo que llegar el embajador de madrugada para que se acabase la velada.

Una empresa de Cádiz se ocupó durante cinco años de su seguridad, incluidas las cámaras de vigilancia, que le obsesionaban. Se llegó a insinuar que a su gato James, al que ponía corbata con frecuencia, le colocó una minicámara para espiar en la embajada.

Con el cambio de presidente en Ecuador hace un año sus privilegios desaparecieron y su estado de ánimo se vino abajo, lo mismo que su estado físico, algo evidente en su detención.

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