Países Bajos
"Mi trabajo pone a prueba a mi familia y le pasa factura", ha reconocido la hasta ahora líder de la formación liberal de izquierdas D66.
Sigrid Kaag, de 61 años, sufre amenazas de muerte. Un acoso que incluso ha llegado a afectar a su familia: "Mi trabajo pone a prueba a mi familia y le pasa factura", ha reconocido la líder de la formación liberal de izquierdas D66. Kaag ha criticado también que ha sido el blanco de actitudes misóginas. Un ambiente de crispación que frustra su trabajo y que le ha llevado a dimitir como vice primera ministra y responsable de Finanzas.
Debido a todo ello, Kaag llevaba meses pensando en su futuro político y familiar. Esta decisión se debe a que no quiere que su familia pase por este trago cuando se van a celebrar elecciones anticipadas en noviembre tras la dimisión, la semana pasada, del Gobierno de Mark Rutte, quien también se retira.
La decisión de Kaag de abandonar la política no ha sorprendido, pero sí que ha causado un gran revuelo tanto entre sus compañeros de partido como entre sus rivales políticos. Jan Paternotte, presidente de D66, se ha mostrado contundente al respecto: "La basura y las amenazas que Sigrid Kaag ha tenido que soportar lesionan nuestra democracia. Nunca lo aceptaremos". Por su parte, Mark Rutte, primer ministro saliente, ha elogiado "la valentía" de Kaag, que "ha tenido que pagar un precio muy alto en su vida privada".
Dentro y fuera de la oposición sus colegas han condenado de forma unánime las amenazas. El líder de extrema derecha Geert Wilders, que la ha llamado en varias ocasiones "bruja" en sus discursos, recuerda que él ha vivido situaciones similares, pero que eso no le va a hacer dejar la política. Wilders lleva guardaespaldas desde hace 20 años por su rechazo al islam y, en la misma línea, Rutte y la princesa heredera, Amalia de Orange, han reforzado su seguridad por amenazas del crimen organizado.
Kaag sufrió un duro episodio en enero de 2022. Un hombre con una antorcha encendida gritó delante de su casa consignas en su contra mientras lo contaba por internet. El sospechoso fue arrestado, condenado a cinco meses de prisión y se le impuso una orden de alejamiento contra la política.
El incidente provocó que Kaag terminara llorando en televisión cuando sus hijas dijeron que les preocupaba la seguridad de su madre. De hecho, es la diputada que más mensajes de odio ha recibido en el Congreso holandés: un 22% frente al 10% que llega a sus colegas femeninas.
En su discurso de despedida, Sigrid Kaag ha animado al resto de mujeres holandesas a seguir en la política.