Ohio
El Gobierno de Estados Unidos enviará un equipo de médicos y expertos en toxicología a Ohio. La Casa Blanca intenta frenar el pánico que ha desatado el accidente. Harán pruebas de salud a los vecinos y en la zona afectada por los vertidos.
El Gobierno de Estados Unidos insistió este jueves en que la zona afectada por los vertidos tras el descarrilamiento de un tren en Ohio hace es segura y el agua no está contaminada. El tren, de unos 50 vagones, transportaba material tóxico en 11 de ellos y descarrilló el pasado 3 de febrero a su paso por East Palestine, un pueblo de menos de 5.000 habitantes a 60 kilómetros de la ciudad industrial de Pittsburgh y cercano a la frontera de Ohio con Pensilvania. Las fuentes oficiales defendieron este viernes la actuación del Gobierno e insistieron en que la zona es segura y el agua no está contaminada, pese a los temores de los vecinos.
La compañía a la que pertenece el tren descarrilado, Norfolk Southern -una de las principales empresas ferroviarias estadounidenses- ha anunciado que están creando un fondo de un millón de dólares para ayudar a la comunidad, de unas 4.700 personas.
Bulos y noticias falsas
Por si los vecinos de East Palestine tuvieran pocos motivos para preocuparse, la desinformación también ha circulado en las redes sociales como imágenes de nubes tóxicas atribuyéndolas al descarrilamiento, que en realidad se pueden rastrear en internet y que pertenecen a otros acontecimientos. El asunto está siendo utilizado por los republicanos para criticar al Gobierno federal por las consecuencias de lo ocurrido. Los republicanos están utilizando las redes sociales para difundir bulos que sirven como arma arrojadiza contra Joe Biden.
Francesc Garriga, corresponsal de 'Catalunya Radio' en Estados Unidos, se ha desplazado hasta la zona cero del accidente y ha podido desmentir las 'fake news' de primera mano. Este periodista ha explicado que no se trata de un nuevo Chernóbil: "Es un drama medioambiental, pero los residentes ya pueden vivir cerca de su casa".
Garriga ha hablado con William, que vive a 10 metros de donde ocurrió el accidente, y le ha asegurado que "no ha sentido ningún efecto y está tranquilo". Otro bulo que se ha difundido es que la gente se está poniendo enferma. Este periodista ha explicado que la mayoría de los residentes dicen que no tiene ningún problema ni conocen a ningún afectado. Pero varios vecinos me han explicado que tienen erupciones en la piel, dolor de cabeza, problemas para respirar y picor en los ojos.
Tampoco están muriendo miles de animales terrestres, aunque es cierto que han aparecido peces muertos en los ríos. Desde que se extinguieron los incendios el 8 de febrero, el monitoreo del aire de la EPA no ha detectado ningún nivel de preocupación para la salud en la comunidad que se atribuya al descarrilamiento del tren.
Tampoco en el agua, ya que la EPA está ayudando a las agencias estatales y locales a analizar las corrientes superficiales y subterráneas para garantizar que el agua potable sea segura. Varios vecinos presentaron la pasada semana una demanda contra la compañía ferroviaria alegando que se habían visto afectados por los gases que soltaron los vertidos y denunciando también el efecto negativo que el suceso iba a tener sobre los negocios de la zona.