Alemania
Podría parecer un argumento de las clásicas películas americanas, pero según el diario alemán Der Spiegel, es una realidad. Vecinos del canciller de Alemania, Olaf Scholz, han dado con un curioso hallazgo, para el cual han tenido que husmear en su cubo de la basura. Ahí dentro, han descubierto documentos oficiales del gobierno alemán, entre los cuales se encuentra información de alto secreto. La anécdota ha dejado impresionados a los ciudadanos alemanes.
El diario alemán informa que la consejera de Educación del estado de Brandeburgo, Britta Ernst, sería la culpable de que dicha información haya sido encontrada, al haber tirado los documentos en el contenedor de la basura que tiene la casa de Scholz, residente en Berlín. Este acontecimiento podría acarrear responsabilidades penales, dado que la información clasificada, según lo estipulado en la ley alemana, debe ser destruida en caso de que ya no tenga utilidad.
Entre la información sensible que han encontrado los vecinos de Scholz en el cubo de la basura del canciller, se encuentra información relativa a la última cumbre del G-7, donde se pueden encontrar datos personales sobre los líderes mundiales que asistieron a dicha cumbre, y sobre sus mujeres y maridos. Por el momento, Scholz no se ha pronunciado sobre la polémica, que ha generado preocupación en Alemania tras este inesperado descubrimiento en el contenedor del canciller.
Una nueva crisis en Alemania
Olaf Scholz se ha topado con esta nueva crisis, la última de muchas que vive ahora Alemania. En medio de la preocupación por el posible corte de gas en el gasoducto Nord Stream, también está la polémica por las relaciones con Ucrania, dado que el presidente Volodímir Zelenski, ha tenido tensas conversaciones con alguno de los componentes del Ejecutivo alemán, entre ellos el propio presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, quien el propio Zelenski pidió que no visitara el país, por los vínculos que mantenía con el gasoducto que proporciona gas desde Rusia hasta Alemania.
Los socialdemócratas tratan ahora de mantener la estabilidad en la coalición de gobierno, compuesta también por liberales y ecologistas, y que ha supuesto el primer gobierno en el que se excluye a la CDU desde hace más de 16 años, en los que estuvo Angela Merkel a los mandos. Desde su salida, la inestabilidad frecuenta Alemania, y Scholz tiene por delante una tarea muy complicada que debe solucionar, y para la cual le restan tres años de mandato hasta las próximas elecciones federales en Alemania, que se celebrarán a más tardar en octubre de 2025.
Las numerosas crisis que han sacudido a Scholz en tan solo siete meses de mandato están hundiendo su popularidad. A día de hoy, la CDU, renovada tras la dimisión de Armin Laschet y la llegada de Friedrich Merz a la presidencia de la formación, lidera todos los sondeos. La caída de Scholz en las encuestas es estrepitosa, estando a día de hoy por debajo del 20 % en intención de voto, y siendo superado incluso por los ecologistas, socios de la llamada "coalición semáforo".