Guerra Rusia Ucrania
Un pocos murieron y decenas resultaron heridos tras consumir la comida y el alcohol ofrecidas por vecinos de Járkov
Varios soldados rusos murieron y decenas resultaron heridos tras consumir comida y alcohol envenenados que les ofrecieron los vecinos de Járkov, una de las ciudades más castigadas por las bombas en la guerra de Ucrania.
Esta acción pone de manifiesto que la población ucraniana está luchando, en la medida de los posible y con todas las armas que tienen, contra la invasión rusa, cuyas últimas acciones en ciudades como Bucha han conmocionado, por su crueldad, a la comunidad internacional.
Según informó el Gobierno de Kiev, los soldados envenenados pertenecían a la 3.ª división rusa de fusileros motorizados. De acuerdo a estas mismas fuentes, dos reclutas rusos murieron y 28 fueron ingresados en cuidados intensivos después de ingerir pasteles envenenados. Otros 500 militares rusos fueron llevados a hospitales debido a una fuerte intoxicación por alcohol.
Continúan los combates a las afueras de Járkov
Mientras, los combates entre las tropas rusas y ucranianas continúan en las afueras de Járkov, donde en los últimos días se han incrementado los ataques con cohetes, obuses, fuego de mortero y artillería a una población que vive entre la resignación y el miedo.
A apenas 50 kilómetros de la frontera rusa, esta ciudad de casi un millón y medio de habitantes ha sufrido constantes bombardeos desde el comienzo de la invasión. Ahora, tras la retirada de Kiev, las tropas de Vladimir Putin están a pocos kilómetros y han reforzado sus asaltos a la urbe desde las afueras.
La administración militar de la región comunicó ayer martes 54 ataques contra la ciudad y su provincia en las últimas 24 horas, coincidiendo con la última información del Ministerio de Defensa ucraniano de que los esfuerzos de las tropas rusas se centran ahora en prepararse para tomar Járkov.