Explosión Rumanía
Dos personas han fallecido y 56 están heridas tras registrarse varias explosiones. Más de tres mil personas han tenido que ser evacuadas en un radio de casi un kilómetro. Según las autoridades, el establecimiento no tenía licencia.
Las imágenes de esta catástrofe no son fruto de ningún efecto especial, como se puede ver en el vídeo de la parte superior. La luminosidad de la explosión, que dura varios segundos, permite ver con toda nitidez el horror vivido anoche en la ciudad rumana de Crevedia. Todo empieza a las seis y media de la tarde. A esa hora se produce la primera deflagración en una gasolinera de gas licuado de esta localidad situada a treinta kilómetros de Bucarest. Hasta allí se desplazan decenas de bomberos y de agentes de la policía.
La gasolinera no tenía licencia para operar y, tras las explosiones generadas, ha dejado tras de si dos fallecidos y 56 heridos, de los cuales 43 son policías y bomberos.
La explosión tuvo lugar en la ciudad de Crevedia, ubicada a unos 30 km de Bucarest. Pese a los esfuerzos de los equipos de emergencia por extinguir el incendio, las llamas se extienden a otros tanques de combustible, lo que provoca nuevas explosiones. Ante lo peligroso de la situación, las autoridades deciden evacuar a más de 3.000 personas, en un radio de 700 metros.
La hipótesis formulada por la Fiscalía señala a un cigarro como el detonador de las explosiones
La primer hipótesis formulada por la Fiscalía mantiene que el origen de las explosiones reside en un cigarrillo.
Debido al grave estado en el que se encontraban algunos de los heridos se han tenido que trasladar a algunos de ellos a hospitales pertenecientes a otros países Europeos siguiendo el mecanismo de protección civil que ampara a Rumanía al no contar con instituciones equipadas para tratar quemaduras graves. Es más, tan solo cuentan con 24 camas para pacientes que sufran heridas de grado medio-
"La inmensa mayoría de las víctimas son miembros de los equipos de rescate. Seis de los heridos han sido trasladados a hospitales de Italia y de Bélgica", anuncia el primer ministro, Marcel Ciolacu.
A su vez, se ha previsto el traspaso de otros cinco pacientes a hospitales de Austria y Alemania.
Se teme que pueda aumentar el número de fallecidos ante la gravedad de las quemaduras que presentan varias personas afectadas. Sobre el origen de esta tragedia, no se descarta ninguna hipótesis. La Fiscalía General ha iniciado una investigación por posible delito de destrucción intencional de bienes. Las autoridades no descartan un móvil criminal.
Raed Arafat, jefe del Departamento para Situaciones de Emergencia, ha asegurado que la estación de distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP), no contaba con el permiso para vender combustible.
El padre del dueño de la estación es un alcalde del mismo partido que el primer ministro
Arafat, en las declaraciones que ha recogido el portal Hotnews.ro, ha manifestado que "claramente, desde nuestro punto de vista, la empresa no tenía documentos ni autorización para operar".
La estación de gas debería encontrarse en desuso desde el año 2020, fecha en la que se notificó su cierre. Antes de esto, fue multada en diversas ocasiones por no cumplir con las medidas de seguridad contra incendios.
Esta infraestructura era propiedad del hijo del alcalde de Caracal, municipio cercano al lugar donde ocurrieron los hechos, el cual pertenece al mismo partido político que Marcel Ciolacu, primer ministro de Rumanía.