ENTRENADA POR UNA ADOLESCENTE
Cuando Regina pidió un caballo a sus padres y ellos le dijeron que no, no se desanimó en absoluto. Podía haberlo hecho, y renunciar a su sueño, pero esta joven alemana es, sin duda, una mujer de recursos, y decidió adaptar lo que tenía en casa.
¿Y qué tenía en casa, en la granja de sus padres? Pues una vaca que se llama Luna y a la que decidió entrenar como si fuera un caballo. "Al principio no fue fácil -cuenta la propia Regina-. Me subía encima de ella y a los pocos metros trataba de tirarme. Es un poco nerviosa...".
Pero Regina no se desanimó y siguió adelante. Dos años después del inicio del entrenamiento, la vaca ya responde a algunas de sus órdenes como adelante, quieta, o galopa. Y no sólo eso: también es capaz de saltar obstáculos aunque no demasiado altos, como es lógico.
Regina asegura que todavía querría tener un caballo, pero va a mantener a Luna a su lado "porque es mi favorita". Si hubiera carreras de vacas, Luna, sin duda, sería la número uno.