Invasión rusa de Ucrania
Rusia atraviesa tiempos muy complicados sin una salida clara en el horizonte; la guerra en Ucrania está minando su poderío militar, las empresas se van del país, las sanciones están vapuleando a su economía, y los países ya buscan reemplazo a su gas. La parte más positiva para los rusos es que todavía tienen sometidos a una gran cantidad de países a su dependencia del gas, y ello les permite controlar todavía una importante sección de los recursos naturales en Europa.
Sin embargo, no es oro todo lo que parece. Y nunca mejor dicho. La Unión Europea debate este mismo lunes si en su nuevo paquete de sanciones incluyen el veto al oro ruso, una medida que lastraría aún más su maltrecha economía, perjudicada por la continua fuga de empresas y por las sanciones que se le llevan aplicando a Rusia desde que Vladímir Putin decretó el inicio de su "operación militar espacial" el pasado 24 de febrero.
Ahora, el bloque comunitario puede también prohibir importaciones de oro ruso en todo su territorio, es decir, 27 países se estarían comprometiendo a no llevar a su territorio ni un solo gramo de oro ruso, y si se saltaran el acuerdo, en caso de que termine por aprobarse, conllevaría sanciones para quien violara el acuerdo.
China, la gran favorecida de todo este asunto
Si hay un país que está logrando efectos beneficiosos para su economía en medio de esta batalla política y económica, es China. Manteniéndose mayoritariamente neutrales, los chinos están convirtiéndose, silenciosamente, en la nueva potencia mundial que disputa el liderazgo hegemónico de Estados Unidos, en contraposición a Rusia, cuya imagen mundial ha quedado muy deteriorada desde que empezó a atacar Ucrania hace casi cinco meses.
En medio de la mayor guerra que ha vivido Europa desde hace más de 20 años, China ha conseguido acallar las críticas que despertó a nivel mundial por ocultar información sobre la COVID-19, y permanecer en un segundo plano frente a una batalla librada a tres bandas; Estados Unidos al mando de la OTAN, Ucrania en la defensa de sus fronteras, y Rusia tratando de recuperar ese protagonismo internacional que no tiene desde hace casi tres décadas.