ACCEDIÓ A LAS ARMAS POR UN ERROR
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha reconocido este lunes que no facilitó la información requerida sobre el historial criminal del responsable del tiroteo en una iglesia del estado de Texas, que se saldó con al menos 26 muertos.
El autor de la peor matanza en la historia de Texas ha sido identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años. El joven, vestido de negro y con chaleco antibalas y con un fusil irrumpió en la iglesia y abrió fuego contra los presentes.
Según la portavoz de la Fuerza Aérea, Ann Stefanek, Kelley fue miembro de este estamento militar entre 2010 y 2014.
El autor de la matanza fue sometido a una corte marcial en 2012 por dos cargos de agresión contra su mujer y uno contra su hijo, ha precisado la portavoz, por lo que fue condenado a su expulsión por mala conducta y a doce meses de confinamiento. Sin embargo, la Fuerza Aérea ha señalado que esta información no fue incluida en la base de datos conocida como Centro Nacional de Información Criminal (NCIC).
La legislación prohíbe la venta o entrega de armas a personas condenadas por violencia doméstica. "La Fuerza Aérea ha iniciado una revisión sobre la gestión del historial criminal de Kelley tras su condena en 2012 por violencia doméstica", ha recalcado Stefanek.
Aparentemente, los problemas familiares fueron un factor en la matanza del domingo. Kelley estuvo involucrado en una disputa doméstica con la familia de Danielle Shields, una mujer con la que se casó en 2014, y la situación recrudeció, según funcionarios y registros públicos.
"Había una situación doméstica entre la familia y los suegros", ha dicho Freeman Martin, portavoz del Departamento de Seguridad Pública. "La suegra asistía a la iglesia (...) Ella había recibido mensajes amenazantes de él", ha agregado.
Kelley fue hallado muerto, aparentemente por heridas de disparos, después de un intento fallido de fuga desde la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, situada unos 65 kilómetros al este de San Antonio.
Al salir de la iglesia, Kelley fue interceptado por un residente del área que disparó contra él, hiriéndole. Kelley huyó en un vehículo utilitario deportivo, mientras que el residente detuvo a un conductor que pasaba por el lugar para perseguir al sospechoso.
Kelley llamó a su padre durante la persecución para decirle que había sido herido y que probablemente no sobreviviría, según las autoridades. Posteriormente chocó su vehículo y se pegó un tiro.