Estados Unidos
Segunda noche de disturbios frente a la Casa Blanca en Washington por la muerte de George Floyd a manos del policía Derek Chauvin. Está totalmente acordonada y con un amplio dispositivo de limpieza. Lo que empezó como una concentración pacífica de unas 3.000 personas, acabó convirtiéndose en una auténtica batalla campal.
Los manifestantes se enfrentaron con furia a la policía lanzando objetos, saqueando tiendas y quemando vehículos y edificios. El caos se prolongó hasta altas horas de la madrugada y se puso en marcha la Guardia Nacional para dar apoyo al servicio secreto, que acabó utilizando la fuerza con gases lacrimógenos.
En Los Ángeles los disturbios y saqueos se propagaron por la noche por toda la ciudad rápidamente, sobre todo por el oeste de la ciudad. Barrios adinerados como Beverly Hills sufrieron grandes saqueos y destrozos, especialmente en sus zonas comerciales como Rodeo Drive.
El gobernador de California ha decretado el estado de emergencia y ha convocado a la Guardia Nacional para que apoye a la Policía Local. La ciudad de Los Ángeles está ahora mismo bajo un estricto toque de queda que durará toda la noche. Una medida que ya han copiado otras ciudades como San Francisco o Seattle para evitar nuevos disturbios.
Un hombre con un arco
La ira está aglutinando no solo a la comunidad afroamericana: muchos blancos se han sumado a las protestas. Por todo el país se han vandalizado todo tipo de vehículos. Los saqueos a centros comerciales se multiplican por todo el territorio.
Horror al que hay que sumar los linchamientos a propietarios que han decidido defender ellos mismos sus negocios: un hombre de Dallas ha perseguido a los manifestantes con una katana, pero tras recibir una brutal paliza su estado es crítico. También se ha hecho viral el vídeo de un hombre que disparaba con un arco a los manifestantes y terminaba recibiendo un paliza.
Donald Trump ya ha lanzado una advertencia: "No voy a tolerar que multitudes furiosas se impongan".