les han enviado comida
La alegría inicial por encontrar a los doce niños y al monitor atrapados en una cueva en Tailandia ha dado paso a la preocupación ya que podrían tardar meses en sacarles de allí. Los equipos de rescate han probado a un niño una máscara de buceo para que puedan salir de allí buceando, aunque para ello primero tienen que aprender.
Los menores han tenido una conversación con un equipo de buceadores británicos en la que les preguntaban qué día era y cuándo podrían salir de la cueva.
Los menores han pasado diez días a oscuras, lo que les ha hecho perder la noción del tiempo, pero no la calma. Llegaron incluso a posar en un montículo para que los vieran sus familias. Sus padres ya creen en los milagros: "Estoy emocionada, lo primero que voy a hacer es abrazarlo", decía uno de los padres.
Hasta que consigan sacarles, están acompañados por siete miembros de los SEAL, y entre ellos hay un médico y una enfermera. Sin embargo, para salir tendrán que aprender a bucear porque la cueva sigue inundada. El grupo tendrá que caminar por pasadizos estrechos y sumergirse en aguas turbias y con corrientes que a veces alcanzan los cinco metros de profundidad.
La temporada de lluvias continuará hasta octubre, pero para entonces sus familias esperan tenerlos otra vez en casa.