ENTERRADO EN BUENOS AIRES
Es el último hombre que vió con vida a Alberto Nisman. Diego Lagomarsino se arrepiente de haberle prestado el arma que lo mató, pero ha dejado entrever que el fiscal se lo pidió reiteradamente porque tenía miedo.
Tres de sus guardaespaldas han sido destituidos por supuestas irregularidades. Ante la angustia de Nisman, Lagomarsino le dio el arma pero le advirtió de que era vieja. Nisman le respondió que era para llevarla en el coche y que no la usaría. Sobre todo temía por sus hijas.
Hasta ahora Lagomarsino solo está imputado por prestarle el arma. La fiscal ha tenido que recordárselo a la presidenta, que días antes había apuntado al joven desde su silla de ruedas. También ha aclarado que Nisman no regresó a Argentina de forma imprevista. Había comprado el billete con antelación, pero La Casa Rosada mantiene el pulso.
En medio de las presiones, la investigación trata de reconstruir las últimas horas con vida del fiscal. No es fácil, porque hay numerosos fallos en los controles de seguridad del edificio donde vivía.
Anoche su cuerpo era velado por familiares y amigos, también por ciudadanos anónimos, que abuchearon a la fiscal general del estado a su llegada. Hoy Alberto Nisman ha sido enterrado en un cementerio judío de Buenos Aires.