en el último acto oficial de su viaje por Oceanía
Meghan Markle vuelve a dar que hablar. En esta ocasión por el traje que lució en su último acto oficial en Nueva Zelanda. Eligió un vestido en tonos azules y negro de Givenchy que con la luz le jugó una mala pasada.
Pronto empezaron a propagarse las opiniones de aquellos que aseguraban que se le transparentaba la ropa interior. Otros aseguran que el tableado de su falda consigue un efecto 3D al combinar varias tonalidades.
El debate sobre si se ve o no algo debajo de la falda de la duquesa de Sussex llega pocos días después de cometer otro fallo en su estilismo: al aterrizar en Tonga se pudo ver una etiqueta colgaba del bajo de su vestido.
Este es el primer viaje oficial de la exactriz al extranjero.