Invasión rusa
Las tropas rusas se han visto obligados a retirarse de Járkov tras el avance de Ucrania en la región. Ahora, el Ejército ucraniano avanza hacia el este y el sur del país.
Aunque en un principio la sensación en todo el mundo era que Rusia ganaría la guerra en tan solo semanas, ahora, 200 días después del inicio de la invasión rusa en Ucrania, la situación ha dado un giro inesperado tras la contraofensiva iniciada por Kiev el pasado 6 de septiembre.
Según el presidente ucraniano, su Ejército ha conseguido recuperar en esta última semana más de 6.000 kilómetros cuadrados de territorio, más espacio que el que las fuerzas rusas, que actualmente ocupan el 20% del país, han invadido en todas las operaciones desde el mes de abril.
Desde el Ministerio de Defensa ruso destacan que la situación está "bajo control" y reconocen el repliegue de sus tropas en estos últimos días, aunque aseguran que se debe a razones tácticas y no a derrotas militares tal y como aseguran el Ejército ucraniano y el Instituto para el Estudio de la Guerra: Moscú habría decidido retirar sus fuerzas de varias localidades de la región de Járkov para reagruparlas y reforzar sus posiciones en el Donbás.
La estrategia de Ucrania en la zona de Járkov, la segunda ciudad más poblada del país, se ha basado en la confusión a sus enemigos, pues, en un principio, el Ejército ucraniano había anunciado una contraofensiva en el sur, en la región de Jersón, lo que hizo que los militares rusos abandonasen sus posiciones para centrarse allí. Ahora, las tropas ucranianas bordean ya la ciudad de Lugansk y, además, se dirigen hacia el este y el sur, donde, por el momento, los enfrentamientos no parecen estar cerca de terminar.
El Gobierno de Ucrania ve estos avances como un éxito y subraya que no se traducen en el final de la Guerra, iniciada el pasado 24 de febrero. No obstante, los expertos no descartan ninguna opción y ponen sobre la mesa diferentes escenarios, incluida la dimisión del propio Vladimir Putin.
Por su parte, aunque todos los indicios apuntan a que el ejército ruso está contra las cuerdas por su propio caos y la ayuda exterior que Ucrania está recibiendo, el Kremlin ha querido resaltar que todo está "controlado". Subraya que los objetivos de la campaña militar "que fueron inicialmente fijados" serán conseguidos pese a la contraofensiva ucraniana que ha provocado un retroceso de las tropas rusas y que no ha sentado nada bien en el partido de la guerra, pues tanto líderes regionales como militares retirados, blogueros y propagandistas se han mostrado muy críticos con la marcha de la campaña militar.
"Rápida desocupación", asegura Putin
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha asegurado esta semana que este invierno será "un punto de inflexión y puede llevar a una rápida desocupación de Ucrania".
Zelenski, poniendo sobre la mesa la contraofensiva, ha asegurado que "los rusos están huyendo en algunas direcciones", algo positivo para el fin de la guerra. No obstante, ha asegurado que su ejército "necesita un suministro sistemático de los tipos de armas necesarios. Si fuéramos un poco más fuertes con las armas, podríamos desocupar más rápido".
Según el Estado mayor de Ucrania, las fuerzas rusas han sufrido grandes bajas durante los combates. En esa misma línea, el Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) ha subrayado que "la contraofensiva ucraniana en la región de Járkov está derrotando a las fuerzas rusas y colapsando el eje norte del Donbás prorruso".
"Es probable que las fuerzas ucranianas capturen la ciudad de Izyum en las próximas 48 horas si aún no lo han hecho. La liberación de Izyum sería el logro militar ucraniano más importante desde que ganó la batalla de Kiev en marzo", ha afirmado el ISW.