Reino Unido
Uber ha perdido este viernes la batalla legal que inició en 2016 en referencia al estatus profesional de sus conductores en Reino Unido. La empresa de transportes deberá clasificar a los conductores como trabajadores propios y no como autónomos. Así lo ha decidido el Tribunal Supremo de Reino Unido.
El Supremo ratifica la posición de los tribunales británicos
El fallo de la sentencia dictamina que los taxistas de Uber deberán contar con todos los "derechos básicos", como el salario mínimo y "vacaciones pagadas". El Alto Tribunal afirma que "se determinó con razón que los conductores eran empleados". La compañía decidió recurrir al Supremo de Reino Unido tras haber perdido los litigios contra los tribunales laborales británicos y la Corte de Apelaciones.
Ahora, el escrito del Supremo establece que los conductores de Uber prestan sus servicios como empleados y no como contratistas externos y que es la propia empresa la que determina la tarifa de los viajes. Por tanto, es Uber quien decide el salario de los conductores y además la que se encarga de fijar los términos del contrato, mientras los empleados se encuentran en una posición "de subordinación y dependencia".
El sindicato GMB, ha celebrado la resolución jurídica y ha instado a Uber a "dejar de perder tiempo y dinero persiguiendo causas legales perdidas" y empezar a apoyar a los trabajadores que "apuntalan su imperio".