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La guerra de las redes sociales continúa. Los directivos de Twitter no cesan en su empeño de que el magnate Elon Musk cumpla el pre-acuerdo que tenía establecido en el mes de abril para hacerse con la compañía por un valor de 44.000 millones de dólares. Musk renunció finalmente a comprar la empresa, alegando que Twitter no le estaba aportando la información que él requería, principalmente sobre el spam y las cuentas falsas, lo que desencadenó un conflicto jurídico.
Twitter denunció al dueño de Tesla, con la intención de que la empresa fuera finalmente vendida. Musk, siendo consciente de que podía estar en problemas, pidió retrasar el juicio hasta febrero de 2023. Pero fue finalmente la compañía quien ganó el primer pleito, cuando solicitaban que el juicio se celebrara antes del 24 de octubre, fecha en que se había estipulado que se cerraría la venta de Twitter antes de que Elon Musk diera marcha atrás.
Ahora, y tras haber conseguido que se celebre un juicio rápido en otoño, Twitter ha convocado a una reunión extraordinaria el próximo 13 de septiembre a todos sus accionistas para que aprueben el acuerdo de compraventa que se había acordado con Elon Musk. De este modo, Twitter da un paso más en su cruzada contra el hombre más rico del mundo, tratando de obligarle por vía judicial a que cumpla lo que había pactado con ellos.
Incertidumbre con las redes sociales
El caso de la gran batalla legal que ha saltado con Twitter no es el único de las numerosas controversias que están desatando la s redes sociales en los últimos tiempos. También Facebook e Instagram, que siguen negociando con la Unión Europea un acuerdo por la polémica de la privacidad de datos que tantos quebraderos de cabeza ha ocasionado al bloque comunitario y a Estados Unidos. El fundador y dueño de la plataforma Meta, Marck Zuckerberg, ha pedido a Europa que busquen una salida para poder solucionar este problema cuanto antes.
Entretanto, sigue la polémica con Tik Tok por dos motivos: el primero, por el peligro que pueden llegar a correr los menores por culpa de algunos retos virales que podrían llegar a poner en peligro su vida. El segundo motivo tiene que ver también con la polémica por su ley de privacidad, dado que la aplicación, de origen chino, ha sido cuestionada por las autoridades de muchos países. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, trató de prohibirla en su país durante su mandato.